Ana María Lajusticia, clase magistral sobre nutrición

Ana María Lajustica es una autoridad en dietética y nutrición. Química de formación, su recomendación general es seguir una dieta variada pero con un aporte extra de magnesio y colágeno. Escucharla es asistir a una verdadera clase magistral de lo que supone una auténtica alimentación equilibrada. Ella es su mejor carta de presentación, cerca de los 90 años, mantiene una cabeza, una salud y una piel envidiables.

En mi casa nunca ha faltado el magnesio. En la cocina, en el “rinconcito” de las cosas importantes, junto a la lista de la compra, mi madre siempre tenía y sigue teniendo, su bote de magnesio. La culpable de su convencimiento absoluto de las virtudes de este mineral no es otra que Ana María Lajusticia.

Seguro que para much@s de vosotr@s es una vieja conocida, pero después de ver una entrevista suya reciente en TVE, (en el enlace podéis ver el fantástico aspecto que tiene con 88 años, lamentablemente, he tenido que coger una foto suya antigua porque no hay suyas recientes) creo que merece dedicarle un post -y se quedará corto- a esta sabia mujer. Más nos valdría dejar de hacer caso a gurús de la dietética como el señor Dukan y tener más en cuenta la sabiduría femenina patria.

Sus recomendaciones sobre nutrición son las conocidas por todos, pero no por conocidas terminamos de seguirlas y ponerlas en practica. A lo mejor, nos faltan argumentos. Ana María Lajusticia lo expone de tal manera, que el cuerpo sólo te pide seguir sus consejos a rajatabla. Afirma rotundamente que en España no se desayuna bien, y debe ser la comida más importante del día porque va después del ayuno más importante -la noche- y precede al trabajo más fuerte. Además de fruta, pan y leche, en el desayuno se tienen que incorporar proteínas -en forma de pavo o jamón york, por ejemplo- porque con ellas reparamos el deterioro de los tejidos, fabricamos anticuerpos y neurotransmisores, que tienen la importante función de hacer, que durante el día, nos funcione la cabeza, “el coco trabaja con los aminoácidos de las proteínas que comemos”. Otra de sus recomendaciones es que la cena debe componerse de verdura porque nos da fibra y nos sacia dándonos pocas calorías, y pescado porque los aceites de pescado son ricos en omega 3 y 6, que son beneficiosos para la circulación.

En todos sus libros y estudios el magnesio ocupa un lugar absolutamente fundamental. Desde los años 50 el abono de los campos ha hecho que exista un déficit de magnesio en los alimentos y no tomamos la dosis necesarias. Un déficit de magnesio se materializa en contracturas, calambres o el mítico tic en el párpado que siempre nos han dicho que se debía a la tensión. El magnesio interviene en la relajación muscular. Pero ella va más allá, cuando la falta es muy seria, llegan arritmias, taquicardias e incluso apunta a este déficit severo como el responsable de un número cada vez mayor de muertes súbitas en personas jóvenes, deportistas, que no tienen un problema cardiovascular. Gastan mucho magnesio porque hacen mucho deporte y no lo reponen. El alimento más rico, el cacao, el chocolate negro.

El colágeno es el otro componente fundamental que ella cree que tenemos que incorporar a la dieta. Es la proteína más abundante en el cuerpo humano y la necesitamos a diario. El aporte de colágeno a nuestro organismo, además de mantenernos más jóvenes ayuda a retrasar el desgaste de las articulaciones -lo necesitan huesos, cartílagos, tendones y ligamentos- a evitar la rotura de los vasos sanguíneos, a que no sangren las encías. Necesitan colágeno las paredes del tubo digestivo, la córnea, la piel, al cuerpo cabelludo, uñas… Sus investigaciones apuntan a la falta de colágeno como responsable de la osteoporosis. Es muy recomendable la lectura de su libro La artrosis y su solución.

La sabiduría de Ana María Lajusticia da para mucho, si te ha picado la curiosidad, tiene publicados 8 libros y hay algunos vídeos por Internet con sus charlas magistrales. Todo podéis encontrarlo, en su página web. Merece la pena escuchar a esta mujer que ha estado más de 40 años desayunando todos los días, un huevo frito, bien acompañado y mojado con pan.