“La encantadora de serpientes”, Rousseau
Un beso puede ser maravilloso, pero una joya es para siempre.
Reconozco que este accesorio, no así los besos, me ha echado siempre para atrás. Abrumada por el brilli-brilli y los joyones, no era capaz de encontrar mi sitio entre las perlas, los brillantes, los oros y las tiaras como de boda real europea.
Pero aunque sea oro todo lo que reluce, la joya no tiene por qué ser de princesa, ni aseñorada. Ni la más grande que haiga. Bien puede recordar algo salvaje, una representación de la bestezuela que llevas dentro. Como la que sugiere la peligrosa silueta de una pantera, la fantástica de un unicornio, la ladina de una serpiente o la misteriosa de una araña.
La joya con forma de animal o insecto es una tendencia a la alza. Quizá porque cada vez nos urbanizamos más y el contacto con la naturaleza se reduce a los documentales de la 2. Quizá simplemente es más divertido un anillo con forma de cocodrilo que un brillante cegador. Da lo mismo el porqué: el caso es que el instinto animal con todas sus buenas cualidades, nos intriga y fascina.Y ahí está la moda, para darle forma.
Algunos de mis diseñadores preferidos y su asilvestrada joyería animal –de luxe-:
Hay quien encuentra perlas en las ostras marinas. Delfina Delettrez las extrae de los pantanos, para incluirlas en sus criaturas de laguna de cuento de hadas.
Aurélie Bidermann equilibra pasiones entre animales potentes y otros más delicados. ¿Con cuál te quedarías?
Los sencillos diseños en oro de Katie Hillier añaden un toque fresco e ingenuo a cualquier look.
Montse Esteve combina humor y alta joyería en sus diseños para trendsetters -para trendsetters ricas-.
¿Es posible hacer una joya en porcelana más bonita y poética que la de Andrés Gallardo? Si existe, no la conozco.
Esta Navidad, el mejor regalo eres tú; pero si ves que ya te has regalado mucho el resto del año, apunta en tu lista una pieza de joyería animal. Triunfarás.
Paula dice:
Lola Gavarrón 
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