Quien ha tenido cáncer o ha vivido de cerca la enfermedad sabe que dentro de todos los efectos negativos que acarrea, están los dermatológicos. Pueden parecer algo secundario cuando lo que importa es ganar la batalla al tumor y salvar la vida, pero los cuidados de la piel son fundamentales para que el paciente viva la convalecencia de la mejor manera posible y aumente su autoestima.
Hoy, dentro del marco del Congreso Internacional CosmoDerm, que reúne a más de 500 dermatólogos de todo el mundo, se ha presentado la “Guía de Cuidados de la piel para el paciente oncológico”, elaborada por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), en colaboración con otras asociaciones. Un manual muy sencillo, útil y didáctico para ayudar a mejorar la calidad de vida del paciente oncológico enseñándoles como cuidar su piel. Y entre los encargados de presentárnosla a los medios estaba la periodista Concha García Campoy, que como tod@s supongo que sabéis, ha superado una leucemia.
Recibió un trasplante de su propia médula hace sólo 6 meses y todos los que hemos asistido a la rueda de prensa, hemos podido comprobar que está muy bien. Ella misma nos ha contado cómo sufre la piel con los tratamientos “pierdes tu propia identidad, tu cuerpo y tu cara, por eso es importante tener toda la información para poder revertir esas consecuencias. Es importante saber si se pueden usar tintes, determinadas cremas, o algún relleno de cirugía estética”.
La guía hace un repaso por todas las alteraciones en la piel. Consejos para combatir la sequedad cutánea que en ciertos casos puede ser muy intensa y provocar picor, como usar jabones con pH ente 5 y 5,5, aplicar la hidratante –mejor que el aceite, porque hidrata más- inmediatamente después del baño, o utilizar ropa amplia y de fibras naturales. También aborda una de las consecuencias más visibles de los tratamientos para vencer al cáncer, la pérdida del pelo. Por eso, éste manual habla de las pelucas, de qué se puede hacer para repoblar el cuero cabelludo cuando la caída es parcial, de maquillaje terapéutico en el caso de perder las pestañas y cejas, o de cómo es preferible depilarse con maquinilla antes que con cuchilla o cera para evitar heridas.
Las uñas también sufren especialmente, se vuelven enormemente frágiles y son más susceptibles de infecciones por hongos. La guía explica cómo deben contarse las uñas, la manera de cuidarlas, que se pueden llevar con esmalte siempre que éste sea hipoalergénico y que no contenga tuluol, formaldehidos o parabenos, que además deben retirarse con quitaesmaltes también hipoalergénicos y libres de acetona y que no es recomendable utilizar quitacutículas porque pueden ser “puerta de entrada de infecciones severas”. También habla de cómo se produce una pérdida de luminosidad e hidratación del cutis, un aumento de los poros y pérdida de volúmenes en el rostro y de soluciones a través del maquillaje terapeútico y de tratamientos médico-estéticos como materiales de relleno, radiofrecuencia o láser.
Una información imprescindible para quien tiene que luchar contra la enfermedad, porque como ha dicho Concha García Campoy “una vez pasa la etapa de encajar que estamos enfermos, salvar la vida es la prioridad, pero también son importantes los cuidados”, porque “la recuperación psicológica es fundamental en la recuperación física”.
La guía se repartirá en centros de salud y hospitales, se podrá solicitar a la AECC (www.aecc.es) y próximamente se podrá descargar en su web y en la de GEDET (www.aedv-gtdermocosmetica.es).