Hace ya unos años, un monitor del gimnasio al que iba –ahora, por eso de ahorrar lo he sustituido por el footing, al aire libre y frío, en el parque, que me sale mucho más barato- me contó que ya se estaba hablando de los abdominales hipopresivos. Aunque ya no son algo nuevo, todavía no han ganado la batalla a los tradicionales a pesar de que sus beneficios van más allá de conseguir la tan ansiada –para muchos- tableta de chocolate. ¿Prefieres un abdomen torneado a base de onzas de chocolate, sólo te gusta en los hombres, o prefieres que no se marque tanto el músculo? Shakira es el ejemplo de que también se pueden esculpir el abdomen a base de baile.
Los abdominales hipopresivos consisten en contraer la parte más interna del abdomen, que protege los órganos internos, encogiendo hacia dentro la pared abdominal. Combina técnicas respiratorias y musculares rítmicas y continuadas. Eso sí, es más complejo que coger aire y meter barriga al más puro estilo Ana Obregón haciendo su posado veraniego.
En esta técnica la respiración y su control son fundamentales. Manteniendo la postura, hay que inspirar con fuerza elevando el diafragma hacia adentro, al modo de una sesión de Pilates. En este punto, hay que meter el abdomen hacia adentro con la mayor fuerza y decisión posibles, hundiéndolo entre las costillas y provocando una apnea controlada –que no significa otra cosa que dejar de respirar-. Después se expulsa el aire con suavidad sin modificar la postura e intentando elevar aún más el diafragma. Por eso resulta tan importante vaciar de aire la zona mediante la apnea.
El fisioterapeuta belga especializado en urología Marcel Caufriez, inventó esta técnica al darse cuenta de que después de los partos, las mujeres que trabajaban con él para recuperar su figura con los abdominales tradicionales, en vez de mejorar, empeoraban. Comenzó a investigar y llegó hasta los abdominales hipopresivos, que se empezaron a poner en práctica matronas y fisioterapeutas en sus consultas.
Pero más allá de ese ansiado abdomen cual tableta, tienen unos beneficios mas que interesantes: mejoran la incontinencia urinaria porque se trabaja el suelo pélvico, así como los problemas de próstata en hombres, la postura corporal y el equilibrio. Es más, sus fines son más de salud que estéticos, aunque también se consigue, claro, tonificar el vientre y la cintura.
Entre las ventajas de este tipo de abdominales está que la espalda no sufre nada porque no se ejerce ninguna presión sobre los músculos, que los beneficios comienzan a notarse a las pocas semanas, que con sesiones diarias de 10-15 minutos es suficiente para fortalecer la zona, o que una vez dominada la técnica, son más sencillos de practicar y puedes hacerlos en cualquier momento del día.
Se pueden practicar en sesiones individuales en todos los O2 Centro Wellness y en clases grupales en el centro de Manuel Becerra de Madrid.
¿Los habéis practicado?