Al salir del trabajo no tenías plan, así que se te ha ocurrido darte una vueltecilla perezosa por el centro comercial. Como surgida al estallido de una bomba de humo, una solícita señorita te ha asaltado, muy simpática, para desglosarte las bondades de un contorno de ojos en particular.
La marca es lo de menos, es de gama alta y todos hacen lo suyo (poco o mucho, según opiniones)
Dado que el discurso de la señorita era envolvente, el futuro incierto, y total tú ya tienes ‘una edad’, de algún modo has logrado salir de tu hipnotizado aturdimiento, te has convencido de la pertinencia de darte el capricho; te has comprado el misterioso y caro tarrito, y te has ido a tu casa un poco perpleja pensando… “¿y ahora qué?”
El asunto es que, aunque no te has atrevido a confesárselo a la señorita que te evangelizaba, nunca has usado un contorno de ojos. ¿Se extiende como una hidratante normal, se usa sólo de día, se invoca a la Virgen para que haga más efecto?
No, no hace falta que te encomiendes a nadie para usar este producto. Pero sí hay 4 pautas básicas que no está de más poner en práctica para aprovechar al máximo sus activos –y los cuartos que has invertido en ellos-
A saber:
-La cantidad necesaria es la equivalente a una pipa de girasol (pelada) para cada ojo. En general, conviene no saturar la piel.
-Intenta utilizar una pequeña espátula para extraer el producto, ya que si metes los dedos se puede contaminar. Muchos contornos vienen con espátula por este motivo. Si el que te ha colocado la señorita no, compra una en los chinos y a volar.
-Aplica el producto en bolitas donde tienes el hueso, no justo debajo del ojo. Refrena las ganas de ponerlo justo encima de esas microarruguitas de expresión, el contorno llega aunque no lo pongas encima. Pon también debajo de la ceja.
-Extiende con suavidad con movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj para ‘rellenar’ la arruga. Es importante no presionar con fuerza ya que la piel de esa zona es más fina y delicada que la del resto del rostro. Hazlo con los dedos anulares, que son los que menos fuerza tienen. Termina siempre con toquecitos desde el lacrimal hacia fuera para estimularla.