francis kurkdjian

Francis Kurkdjian es uno de los grandes artistas de la perfumería actual. Sus 20 años de carrera están punteados por una multitud de hitos y aciertos en diversas plazas. Desde las hazañas destinadas al gran público (es el creador del perfume Le Male de JP Gaultier, que quizá te suene vagamente) hasta instalaciones en espacios culturales, pasando por los recovecos de la perfumería nicho. Es ahí donde encuentra su espacio natural con Maison Francis Kurkdjian, su propia firma.

Llena de manías y de prejuicios como estoy, esperaba encontrarme un creador particular à la classique con cierta aura de misticismo. Pero este Caballero de las Artes y las Letras (galardonado en 2008) ha hecho de su arte una profesión sin más florituras que las necesarias para dar con la fragancia perfecta. Como las que crea a medida en su taller en continua comunicación con el cliente.

Ayer presentó en Le Secret du Marais sus últimas creaciones, Amyris Femme y Amyris Home, “la fusión entre Jamaica y Florencia”. De éstas y otras historias estuvimos charlando con él.

amyris francis kurkdjian

-¿Qué le llevó a convertirse en perfumista?

Es un gran misterio, porque decidir a los 15 años convertirse en perfumista es como poco curioso. Tenía una gran atracción por este oficio mágico. Fue una decisión sentimental, pero también leí un artículo sobre la profesión en la prensa francesa que me fascinó. Me dije “quiero hacer eso”. No sé qué habría sido de no dedicarme a esto.

Usted ha trabajado para casas comerciales como JP Gaultier o Narciso Rodriguez y para marcas nicho como Juliette has a Gun. ¿Cuáles son las principales diferencias en el enfoque del trabajo en cada sector?

Cuando trabajo para otros, no hay diferencias, da lo mismo que sea una gran maison que otra más pequeña, y tampoco hago distinciones entre marcas comerciales y marcas nicho. El perfume va a ser bueno en los dos casos, si no es que he hecho mal el trabajo. Me niego a pensar que un perfume que elabore para una gran marca va a ser peor que otro que haga para la mía. Es como el trabajo de un actor; Meryl Streep puede trabajar en una gran producción de Woody Allen o en otra independiente y no estará mejor en una que en otra, simplemente será diferente. Eso es el oficio para mí, con mi conocimiento, profesionalidad y exigencia. Esto cuando trabajo para otros. Cuando lo hago para mí además me siento responsable de todos los detalles.

-¿Cómo ve el futuro de la perfumería nicho en España?

Como en todas partes. Pienso que hay muchas marcas. Algunas inútiles. No lo sé con certeza, no estoy aquí para reglamentar. Pienso que hay muchas tiendas y mucha gente interesada. Ellos pueden decidir por su cuenta qué marcas son buenas y cuáles no.

-¿Qué perfume usa usted?

El olor del agua. No uso ningún perfume nunca.

Me gusta mucho su faceta de perfumista a medida. Es muy tradicional. ¿Cómo llega hasta el perfume que le pide su cliente?

Hablamos. De todo y de nada. La idea cuando compongo un perfume a medida es la de tener la misma intuición creativa que cuando trabajo para cualquier marca. Para una marca es fácil, porque tengo mucha información en la que apoyarme, como catálogos, vídeos, cosas muy concretas. Cuando se trata de alguien a quien no conozco, la dificultad consiste en conocerle, con lo que busco una especie de feeling positivo y el deseo de satisfacerle. Porque finalmente, el acto de crear, es el deseo de dar gusto. Después puedo imaginar qué perfume le quedaría bien. Es un poco como el diagnóstico de un médico. El cliente tiene la enfermedad del perfume y según donde ‘le duela’, puedo encontrar el perfume que le hace falta. Tengo en cuenta todos los detalles: cómo vive, cómo se maquilla, cómo habla, si necesita un perfume discreto o si es una mujer que puede completar su feminidad con el perfume. Al final es muy evidente.

-El sentido del olfato es uno de los más primitivos e instintivos. Usted lo sofistica mucho. ¿Hasta qué punto considera importante el perfume a la hora de definirse a uno mismo?

Ninguno. Hay gente que vive muy bien sin perfumarse. Creo es necesario, pero no indispensable. O ni siquiera es necesario, depende de lo que considere cada uno. Creo que nos relacionamos bastante a través del olor. Pero también es un artificio, como el del maquillaje.

¿Alguien ha pedido una dosis de honestidad?

Si quieres conocer las fragancias de Francis Kurkdjian, puedes descubrirlas en

Le Secret du Marais

C/Hortaleza, 75.

Madrid