Ser madre o padre es un trabajo a tiempo completo difícil e imperfecto casi por definición.
Aun teniendo previamente rumiada toda la teoría educativa que quieres poner en práctica con tus hijos, la vida real está llena de obstáculos como el cansancio, el horario laboral, las disonancias con la pareja en el enfoque del asunto o la cultura imperante.
Estas noches he estado leyendo con fruición y no pocas comeduras de tarro “Cómo ser una mamá cruasán”, un libro sobre parenting muy divertido que incide, precisamente, en ciertas diferencias culturales de enfoque que conducen a algunas mamás a convertirse en el pedestal de su “rey de la casa” o a una feliz y relajada maternidad, con los niños y los padres en el sitio que les corresponde por derecho. ¿A que te apetece esto último?
Su autora es Pamela Druckerman, una periodista norteamericana que está criando a sus hijos en París. Con el nacimiento de su primera hija, se dio de bruces contra un curioso abismo cultural entre los Estados Unidos y Francia que nada tenía que ver con la gastronomía o la antigüedad de su arquitectura. Se trataba más bien del bizarro comportamiento de los pequeños franceses, exigentes gourmets que comen camembert en las guarderías, duermen toda la noche desde los 4 meses y saben jugar solos mientras los adultos disfrutan de una conversación.
Armada con una libreta escondida entre la bolsa de pañales, Pamela investiga ‘a pie de calle’ cómo han conseguido ese milagro las esbeltas y tranquilas parisinas, que parecen tener tan claras ciertas normas (lo que denominan nacionalmente el cadre, el cuadro) y la dosis de autoridad necesaria para imponerlas
El resultado es una narración divertidísima y nutritiva que ahonda con sensibilidad e inteligencia en los entresijos de la maternidad.
Por mi experiencia como santa madre de una criatura de casi 7 años, me gustaría decir que me identifico naturalmente con mis chics convecinas francesas, pero lo cierto es que me he visto tenebrosamente identificada con todas y cada una de las neurosis, dudas y sentimientos de culpabilidad de la mamá norteamericana. Me queda claro que deberíamos limitarnos a asimilar su cultura en las salas de cine, que un croissant siempre será algo más elaborado que una hamburguesa y que no existe la madre perfecta, pero los niños funcionan bien cuando les das un marco concreto en el que desarrollarse con libertad.
Si eres madre o quieres serlo, no dejes de leer este libro. Te dará muchos momentos divertidos además de buenas ideas.
Precio: 18,50.
Editorial: Temas de Hoy.