El pilates nació a principios del siglo XX y fue ideado por Joseph Pilates, como un entrenamiento físico y mental que combinaba distintas especialidades como gimnasia, traumatología, ballet o yoga, uniendo el dinamismo y la fuerza muscular con el control mental, la respiración y la relajación. Joseph fue un niño enfermizo, lo que le llevó a estudiar el cuerpo humano y la manera de fortalecerlo mediante el ejercicio. Trabajando como enfermero, desarrolló una metodología para mejorar el estado de salud de los internos mediante el ejercicio. Para los más débiles y enfermos montó sobre las camas un sistema de poleas y cuerdas para ejercitar los músculos, lo cual fue el origen de algunas de las máquinas que después ideó. Con el tiempo desarrollaría un gran número de ejercicios para ser realizados en ellas, así como otros para ser practicados simplemente en el suelo, sobre una colchoneta.
En España lo introdujo en 1992 el Dr. Juan Bosco Calvo, desde entonces, en su centro Corpora, se han formado más de 1.800 monitores y ha sido el responsable de introducir la disciplina en la Seguridad Social. Aunque hace más de 20 años que llegó a nuestro país, su éxito es más o menos reciente.
Los ejercicios de esta disciplina están compuestos por movimientos controlados, muy conscientes, y coordinados con la respiración, con el fin de crear un cuerpo armonioso, flexible y alineado. Y sus beneficios son numerosos: mejora dolencias como lumbalgias, fibromialgia, problemas de columna, en las rodillas, caderas u hombros. También corrige la postura, mejora la psicomotricidad, aumenta la flexibilidad, mejora el tono muscular, previene lesiones de la columna, moldea los glúteos y mejora la celulitis o combate el estrés.
Pero todo esto se consigue si el pilates se realiza correctamente. Se ha extendido tanto su práctica –cualquier gimnasio, centro cultural, deportivo o de fisioterapia, lo tienen en su ‘carta’ de actividades- que en muchos casos se realiza de manera incorrecta. Según el propio Dr. Juan Bosco Calvo, clases masificadas o monitores que no tienen la formación adecuada, tienen como consecuencia un ejercicio con escaso impacto sobre la salud, una pérdida de tiempo, o en el peor de los casos, una actividad con efectos perjudiciales para la salud.
El pilates no se aprende en un día, ni en un mes, hace falta mucho tiempo para hacer un pilates limpio y mucho más tiempo para enseñar un pilates efectivo, debe adaptarse a las necesidades de cada persona y debe impartirse a nivel individual por un monitor especializado. Consta de que 34-37 ejercicios en el suelo y más de 100 ejercicios con aparatos diseñados por Joseph Pilates a medida para esos ejercicios.
El desconocimiento llega a tal punto que el doctor asegura que, incluso en la publicidad o los folletos –ni hablamos del mundo Internet– que se entregan en gimnasios con los ejercicios del pilates, los modelos realizan las posturas de manera incorrecta, cuando no, se incluyen ejercicios de otras disciplinas o directamente inventados.
Con un simple vistazo en Internet lo he comprobado. Ejercicios tan básicos en pilates como la sirena se suele practicar incorrectamente –en la primera foto la forma correcta hecha por Laura, directora de Corpora Pilates, vestida de negro, y en la segunda la incorrecta-. Con este ejercicio se trabaja la flexibilidad de la columna, alargándola hacia los lados, para ello, se estiran el brazo y la espalda, evitando dejar todo el peso en el costado y manteniendo la pelvis apoyada en los dos huesos pélvicos durante todo el ejercicio.
Si queréis saber más sobre el tema y comprobar si el pilates que estáis practicando en vuestro gimnasio se parece en algo al que ideó el señor Pilates, es recomendable la lectura del libro que el propio Juan Bosco Calvo ha publicado. En Pilates Terapéutico (Editorial Médica Panamericana) encontraréis todo acerca de esta disciplina, con todos los ejercicios posibles detallados y con fotos, y en el que incluso se tratan las distintas patologías y los ejercicios de pilares para tratarlas.