Fragancias atípicas, “accidentes olfativos”, viajes, historias con sentido y las mejores materias primas para recrearlas.
El universo de aromas de Dyptique es inagotable y muy personal.
Sus velas forman parte de varios hogares “conocidos” y de otros que conocemos nosotros a la hora de comer. En todo caso, es una de las marcas que más han hecho por la popularización de la vela de ambiente.
Sus perfumes, llenos de texturas y matices, y como parte de la filosofía de una marca ‘nicho’, se articulan siempre en torno a una idea inicial estructurada y emotiva. Un viaje, un recuerdo, una sensación… No son perfumes banales que complementan una cara bonita, ni brotan porque sí como las palomitas de microondas.
De la filosofía nicho, la emoción que transmite un perfume, la pureza de las materias primas, los viajes exóticos, el rico olfatear y otras fiestas de guardar, he estado hablando hoy con Fabrice Pellegrin, ‘nariz’ de Dyptique y creador, entre otras, de su última y maravillosa novedad…
Principio, nudo y desenlace; cabeza, corazón y base.
El principio de Pellegrin es un padre perfumista que le transmitió la pasión por el oficio y le permitió experimentar con las materias primas, la “magia” de la alquimia y el imprescindible ensayo y error.
La suya es una historia de herencia de la pasión, cuya huella se puede rastrear en algunas casas comerciales, como Paco Rabanne, Spirit Woman de Antonio Banderas, y por supuesto en Dyptique.
Belleza Pura: ¿Existen notas masculinas y femeninas o se trata de una convención?
Fabrice Pellegrin: Sí, existen notas masculinas y femeninas, aunque se pueden mezclar en una misma composición.
Es cierto que en Oriente los hombres usan la rosa tanto como las especias, está en su cultura. Pero en Occidente no hacemos eso, los géneros del perfume son muy claros. Quizás algún día…
BP: ¿Cuál es su composición preferida de entre las suyas?
FP: Mi preferida es la primera que creé, para una marca alemana. Fue la primera vez que vi el fruto de mi trabajo dentro de un frasco. Aunque la verdad es que para mí, todas son buenas.
BP: ¿Cuándo sabe que un perfume está terminado?
(Risas, se lo deben preguntar mucho, aunque lo cierto es que medita su respuesta)
FP: Un perfume nunca está terminado, porque para mí es una obra de arte, así que como a todo gesto artístico, siempre se le puede criticar. Partimos del principio de que está terminado cuando empieza a apelar a una mayoría de gente. Pero después todo es mejorable, criticable… es difícil decirlo.
BP: ¿Qué cree que une a todos los buenos perfumes por distintos que sean? ¿Cómo tiene que ser un buen perfume?
FP: Cómo tiene que ser… Para mí, no hay reglas particulares. Un buen perfume puede serlo porque tiene un lado creativo muy potente o porque esté muy bien equilibrado. No hay reglas. Si el perfume provoca una emoción, podemos decir que es bueno.
BP: ¿A quiénes admira dentro de la profesión?
FP: Hay muchos perfumistas que admiro. Entre los primeros, Michel Almairac. También me gustan mucho Alberto Morillas, Jacques Cavallier, Annick Menardo…
BP: Usted ha trabajado para casas comerciales. ¿Cree que el auténtico sentido del perfume está en las marcas nicho? ¿Qué aportan de específico a la perfumería?
FP: Como dice, hay dos tipos de perfumería. Está la perfumería un poco más convencional y comercial, que son las grandes marcas, Puig, L´Oréal, Procter & Gamble, etc., y después está toda la perfumería nicho. Para mí es una bola de oxígeno dentro de la perfumería y es la manera de poder hacer cosas muy creativas sin límite de precio, sin límite a la creatividad, sin intervención masiva de marketing, sin tests… lo que verdaderamente nos permite crear nuevas familias olfativas, nuevos acordes y nuevas tendencias en perfumería.
Hay que remarcar que la mayor parte de los grandes grupos, como L´Oréal y Puig también intentan hacer perfumería nicho, porque saben que ofrece algo diferente.
La novedad de la casa se presentará en octubre, por lo que me han pedido que no avance demasiado hasta la fecha, pero puedo decir que se trata de una creación’muy Dyptique’, inspirada en un viaje y en la fascinación por un recuerdo olfativo, muy rica en materias primas exóticas y sugerentes, sensual y con esa peculiar mezcla de notas masculinas y femeninas de la que hablaba Pellegrin que lo convierten en un aroma carismático. ¡Y unisex!
En otoño os cuento más, de momento, sólo estas volutas…