Quien ha tenido un día con fuerte dolor de cabeza –supongo que todo el mundo- sabe lo desesperante que es, te dan ganas de arrancarte la cabeza durante un rato. Por eso cualquiera puede imaginar lo complicada que puede ser la vida para las personas que los sufren de manera continua. Las cefaleas o dolores de cabeza son uno de los problemas más comunes del sistema nervioso pero también los más subestimados. Migraña (dolor sólo en un lado de la cabeza que, a veces, viene acompañado de náuseas, vómitos y gran sensibilidad al ruido o a la luz), cefalea en racimos o cluster, cefalea tensional y dolores de cabeza crónicos y diarios, llamados cefalea crónica diaria, son sólo algunos de los nombres técnicos para denominar a los distintos tipos de dolor de cabeza con los que conviven muchas personas. Por daros algunos datos, alrededor del 13% la población de los países desarrollados padece migraña, de este porcentaje, el 20% tiene migrañas crónicas, lo que les imposibilita para llevar una vida 100% normal.
Las cefaleas no sólo producen crisis dolorosas, sino que también son incapacitantes. Según la OMS ocupa el puesto 19 en la tabla de discapacidades. Los ataques repetidos de dolor de cabeza y el temor constante a que aparezca una crisis complican mucho la vida a las personas que padecen cefaleas.
Por eso, el último estudio que hemos conocido arroja mucha esperanza para estos pacientes. El Hospital Clínico de Valencia está probando un sistema pionero en el mundo en pacientes con cefaleas, que está produciendo una mejoría en el 80% de los casos. Los resultados preliminares del estudio, que se realiza con pacientes con cefalea en racimos -el primero de estas características a nivel mundial-, han sido presentados en la Reunión de la Academia Americana de Neurología.
Según el doctor José Miguel Láinez, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, la cefalea en racimos está reconocida como uno de los dolores más graves que sufre el ser humano y puede producir ataques de dolor de cabeza varias veces al día con una duración de entre 15 minutos y 3 horas. Se caracteriza por un intenso dolor punzante en el área del ojo, a menudo acompañado de enrojecimiento ocular, lagrimeo y congestión nasal y desasosiego en el paciente (nerviosismo), al contrario de lo que ocurre en las migrañas, donde lo que el paciente demanda es estar relajado.
El sistema creado por el hospital valenciano, consiste en un novedosos dispositivo de neuroestimulación –del tamaño de una almendra- que se coloca, mediante una pequeña incisión quirúrgica, en el maxilar superior y que el propio paciente activa cuando tiene dolor. Este dispositivo estimula el ganglio esfenopalatino por medio de un control remoto de mano que maneja el propio paciente y que es un poco más grande que un teléfono móvil, cuando el dolor para, el paciente lo descativa. Este ganglio nervioso, un ganglio nervioso ha sido, durante años, una diana terapéutica para el tratamiento de la cefalea en racimos mediante otras técnicas.
Hasta el momento se han implantado 43 dispositivos en los diferentes centros, y los datos presentados corresponden a los 26 primeros dispositivos. Todos los pacientes estudiados eran crónicos y en la mayoría de los casos habían probado de todo para calmar su dolor. La estimulación ha producido buenos resultados tanto en el tratamiento de las crisis, -el 59 % de los pacientes habían reducido o eliminado su dolor a los 15 minutos-, como en la reducción de los episodios -en total, más del 80% de los pacientes respondieron al tratamiento-.
Según declaraciones del doctor José Miguel Láinez, ‘a pesar de que este estudio se está realizando en enfermos con cefalea en racimos, vamos a empezar un nuevo ensayo clínico para valorar la eficacia de este sistema de estimulación entre los pacientes afectados de migraña frecuente que no responden bien al tratamiento preventivo’.