¿Eres ‘macera’ o ‘pecera’? Si perteneces a este último subgrupo humano, única división posible entre personas a día de hoy, ¿te has enfrentado alguna vez a un defensor acérrimo de Apple y has sobrevivido para contarlo?
El gran universo informático cofundado por el difunto Steve Jobs ha logrado unos cuantos hitos en la era del byte. Uno de ellos, de los más sobresalientes, es su triunfo innegable en el terreno del marketing.
Es ver esa manzana y suspirar por su nefasto poder de atracción, como modernas Blancanieves.
Sus gadgets y packagings no son tecnológicamente mejores que otros de gama alta ni se adaptan a todas las necesidades de cualquier persona moderna de hoy en día, pero aun así, su reconocible emblema se alza en el imaginario colectivo en un Olimpo al que sólo acceden iconos como Coca-Cola, Nike o Starbucks.
De hecho, hay estudios neurocientíficos que ratifican que cuando un usuario recibe estímulo a la marca de marras, se activan procesos cererables similares al misterioso proceso de la fe.
Reconozcámoslo: gracias a bien orquestadas jugadas de marketing, los punteros diseños de Apple se reconocen como sosegados y elegantes objetos de deseo. Tanto es así que el grupo de artistas Greatest Hits acaba de crear el primer perfume de Apple. ¿A qué olerá esa codiciada manzana? Pues, pasmaos, porque lo cierto es que es la mar de divertido: huele a la primera vaharada que exhala un MacBook Pro cuando se extrae de la caja. ¡El colmo del fetichismo!
La idea forma parte de un montaje de este iluminado –sin ironía- colectivo, como ambientación olfativa para su stand en la expo De facto Standard, en Melbourne (Australia)
El grupo Greatest Hits ha contado con la colaboración de la empresa Air Aroma para recrear el anhelado perfume.
Así, y en base a muestras de de aroma de goma, plástico y papel, lograron dar con la promesa de alcanzar un estilo de vida Apple en forma de fragancia. ¿Os imagináis un espacio que huela al desembalaje de un MacBook Pro? Una genialidad que me extrañaría que Apple no terminara fichando para perfumar las tiendas.