Anoche el cine español extendió su alfombra roja de los Premios Goya. Las actrices desplegaron todo su glamour en su fiesta por excelencia, en la que dominaron los tonos pálidos, aunque también se vieron muchos vestidos rojos, blancos y negros y entre los que ganaron por mayoría abrumadora los diseños internacionales frente a los diseñadores made in spain. En cuanto a los peinados, mucho recogido despeinado, pelo suelto, y algún moño más trabajado. El maquillaje en general muy nude en rostro y labios, y ojos muy marcados con eyeliner. Y a los actores, salvo excepciones, parece que les queda grande vestirse de gala.
Los tonos claros, maquillaje, se impusieron en la noche del cine español. María Valverde sí acertó este año –el año pasado no- con un vestido nude con pedrería de Dior y joyas Bulgari, que completó con un sencillo moño con raya al lado y flequillo lateral. En el mismo color y sin arriesgar, Marta Etura de Gucci y recogido despeinado. Blanca Suárez con vestido de corte sirena y tul con pedrería, de Bluemarine y moño semitrenzado, maquillaje nude y ojos ahumados.
Michelle Jenner, de princesa, con moño trenzado y vestido también nude con pedrería del diseñador libanés Zuhair Murad, optó por un maquillaje muy natural con ojos marcados. Aunque para mí, una vez más, Goya Toledo supo encontrar ‘el vestido’, un diseño de pedrería de Elie Saab con abertura delantera, el peinado quizá demasiado informal, un recogido muy deshecho.
En tonos claros también pero tirando a grises, Manuela Velasco con un diseño precioso de gasa de Carolina Herrera y un moño despeinado, labios rosas y ojos marcados con eyeliner. Cayetana Guillén Cuervo confió en Oscar de la Renta y joyas Carrera y Carrera, que combinó con un recogido romántico.
La que supo arriesgar con su peinado y acertó fue Juana Acosta, con un look a lo Rita Hayworth con un semirecogido ladeado con ondas abiertas y labios en rojo y vestido negro de Paco Rabanne. Salma Hayek puso el toque de color y el glamour de Hollywood con un modelo morado de Gucci, un espectacular collar de brillantes y una melena suelta con mucho volumen y unos rizos perfectos.
María León, ganadora del Goya como actriz revelación optó por un diseño de Valentino, azul petróleo y palabra de honor y pelo recogido.
Fieles a los diseñadores españoles fueron Belén Rueda de Pedro del Hierro, joyas Carrera y Carrera y pelo suelto. También en rojo y muy acertada en su elección, Leonor Watling de Miriam Ocáriz. Inma Cuesta optó por un diseño negro con escotazo de Juanjo Oliva y peinado aire retro con un recogido lateral bajo y un maquillaje donde los ojos cobraron especial protagonismo. Anne Igartiburu con modelo de Lorenzo Caprile. También eligieron diseño de casa Toni Acosta de Dolores Promesas. y Leticia Dolera de Cortana.
Para mí, los Goya a las peor vestidas recaen en Pilar López de Ayala, con un diseño imposible de Nina Ricci y un recogido –volvió a equivocarse un año más- muy alto y lateral con tupé y rizos, todo un espectáculo. El maquillaje en tonos azules y dorados como el vestido y labios rosas. Melanie Griffith parecía la Madrastra de Blancanieves, con las flores de su jardín pegadas en el vestido. Y Victoria Abril, qué puedo decir de Victoria Abril…
Entre ellos, por lo general, no mucha elegancia, parecen incómodos vestidos de fiesta. Pedro Almodóvar con los pantalones demasiado largos, vi muchas chaquetas desabrochadas, corbatas y pajaritas torcidas… Daniel Sánchez Arévalo puso la nota de color con una americana de terciopelo verde y pajarita negra y Antonio Banderas la elegancia, son ya muchas alfombras a la espalda a nivel internacional, y sabe lucir un esmoquin. También estaba impecable José Coronado, uno de los ganadores de la noche.
¿Cuál es tu lista de los mejores y los peores looks? Yo me quedo con Silvia Abascal, que reapareció en la gala diez meses después de sufrir un ictus y que lució, como siempre, elegante, espectacular y encantadora con un vestido rosa palo de Lorenzo Caprile. Y eché de menos a Aitana Sánchez Gijón y Maribel Verdú, esta última no pudo asistir porque está haciendo una obra de teatro en Barcelona.