Del 1 al 10, ¿cuánto te preocupa tu cabello? ¿Cuánto tiempo, energía y dinero inviertes en tenerlo cuco, bien cortado y con el color bajo control? No respondas si te da ‘cosa’, ya imagino que debe ser mucho, aunque te hayas pasado al Do It Yourself.
Tacto, manejabilidad y movimiento son las variables que componen una melena que lucir con orgullo leonino, siempre, claro, sobre la base de un cuero cabelludo sano.
Si te preocupa alguno de estos componentes, te recomiendo el tratamiento reconstructor con láser que realizan en Juan, por Dios!, un caprichete muy recomendable con resultados más allá de lo estético.
Está especialmente diseñado para mejorar la calidad del cuero cabelludo problemático, es decir: con descamaciones, psoriasis, grasa… Pero no sólo es eficaz para ‘el terreno’, sino que también cuida ‘la plantación’ que ya tengas mejorándola notabilísimamente. Así lo atestigua el sobado capilar que me estoy metiendo ahora mismo.
Todo pasa por un láser de baja intensidad que favorece la penetración de los productos cargados de esos activos que le gustan al pelo –y que hacen algo por él, no como la biotina tópica-: proteínas, aceites esenciales, antioxidantes, oligoelementos…
El protocolo consiste en lo siguiente:
-Tras el lavado, te aplican un peeling con polvo de diamante en todo el cuero cabelludo. Después, bien protegida por las consabidas gafas, te pasan el láser destinado a multiplicar la eficacia del peeling por 100. Lo único que se nota es una chispita de calor nada molesta, un aumento de temperatura prácticamente imperceptible que describo por ceñirme a la realidad.
Como me comentó Ivana, la encantadora peluquera que me atendió, “Tú no vas a notar nada porque tienes el cuero cabelludo bien, pero en caso de que haya caspa, grasa o cualquier otro problema, va fenomenal”.
-Lo que sí he notado y mucho, ya que parto de pelo fino y rizado con tendencia a encresparse, es el siguiente paso: la aplicación del cóctel de activos –28% proteínas (queratina,colágeno y elastina), 2% lípidos y 70% agua, sales minerales,urea, aminoácidos, hierro, zinc, magnesio y yodo– impregnados mecha por mecha e incrustados a laserazo limpio. ¿Suena agresivo? Pues lo único que se nota son las manos de la peluquera manejando. Una operación rápida e indolora que deja el pelo con cuerpo, con tacto, con presencia y con movimiento, aparte de perfectamente sellado –y por tanto, brillante-.
La idea es un mínimo de tres sesiones, una por semana. Supongo que el resultado variará bastante según el tipo de cabello, pero yo lo he notado desde la primera.
La primera sesión cuesta 70 euros, a partir de ahí son 45.
Juan, por Dios! está en Manuela Malasaña, 26. Si te animas a probarlo, ¡comenta!