Hace años que conozco a Elena. Siempre me pareció una mujer superelegante. Claro, me decían algunos, es que trabaja de estilista. ¡Cómo si eso tuviera algo que ver! Conozco a cada una… Bueno sí, esa era su profesión, pero el estilo no lo da sólo la ropa. Vemos en las revistas a muchas famosas que van siempre disfrazadas con grandes marcas y se quedan simplemente en ‘proyecto de pijas’. Pero… volviendo al tema. Elena trabajó durante años en una gran empresa que, como tantas otras montó un ERE y, de la noche a la mañana la dejó de patitas en la calle.
Pero mi amiga no se dejó hundir por las circunstancias, ni por la fatalidad del momento, ni por los agoreros que no paraban de insistirle que con la crisis que hay que era mejor quedarse todos quietos- parados..Hizo oídos sordos a todos ellos y decidió montar su propio empresa de alta bisutería: Helena Blenner.
“La idea no se me ocurrió a mí, sino a una amiga. Yo había estudiado Bellas Artes y siempre me había gustado hacer pulseras y collares para mí porque me gustan las cosas diferentes. ¡Estoy harta de la globalización!”, dice riéndose refiriéndose a que las piezas que encuentras en Madrid, las tienen igualitas en boutiques en Tokio o en Nueva York.
“Quería piezas únicas, que fueran diferentes a lo que ves en las tiendas habitualmente. Así es que me dediqué a buscar en anticuarios, en antiguas fábricas que tuvieran piezas descatalogadas, incluso cuando viajo compro elementos de todas las épocas y cada vez me voy complicando más la vida”.
En su casa se ha montado una mesa donde todo estás superorganizado. Por un lado tiene colgadas las cadenas según su grosor; después tiene separadas en bolsitas los grupos de piezas que usa para la confección de los collares: si ojo de tigre, que si granates, que si jades… La firma acaba de empezar pero la idea es hacer colecciones cada temporada. Por ejemplo, ahora de cara al verano “he conseguido unas flores de coral tallado y unas perlas de río que me encantan”.
Helena Blenner sólo vende por internet: “No creo que para una boutique mis collares fueran muy comerciales porque el precio se dispararía. Uso piedras semipreciosas, granates, jades, cristales de Murano… y me paso horas montando cada pieza así es que no pueden ser baratos. Es artesanía pura. Piezas hechas con mucho cariño como si las hiciera para mi. Sería mucho más fácil hacer diez collares iguales pero no me interesa. No me apetece montar ‘una fábrica’ sino seguir haciendo yo misma las piezas. Son joyas únicas y por eso se pueden personalizarlas o hacer encargos. Por ejemplo tengo en la web un modelo con crucecitas y me llamó una clienta que no quería tantas cruces, así es que las cambié por unos botones de cristal antiguo preciosos.”
Se pasa horas inclinada sobre la mesa juntando piezas como si se tratara de un mecano. Ideando qué colores y qué formas funcionan mejor. Es un trabajo de horas, meticuloso y muy artístico. “La parte de la búsqueda es la que más me gusta. Acabo de conseguir unas violetas de tela de un anticuario que estoy deseando montarlas”.
Una cosa que me encanta es que las cadenas siempre son de latón, como las de barco, porque no se ponen feas y las puedes limpiar fácilmente sin que se estropeen. Y otra cosa que me gusta es que las piezas tienen un tamaño adecuado para que las puezas utilizar como collar o dándoles más vueltas como una pulsera.
Todo esto que te cuento no te da una idea real del atractivo de estas joyas tan originales. De verdad que hay que verlas porque es eso, no hay dos iguales.
Helena Blenner
http://helenablenner.blogspot.com/
Móvil: 607 235 167
Precio: Depende y según la cantidad de abalorios pero cuenta a partir de 80 euros.