Si alguna vez tienes que ir a visitar a algún enfermo o a un anciano y se te agotan los temas de conversación, uno que no falla es el de las medicinas que está tomando. Si además se junta con varios más, la competición está servida, a ver quien está tomando más pastillas y para más dolencias. En un principio puede incluso hacernos gracia, pero la cuestión es más grave de lo que puede parecer. En el 33 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) fue uno de los temas que se trataron en el Foro de Debate.


En este Congreso se aportaron varios datos interesantes, entre el 7 y el 15% de las visitas a los servicios de urgencias se deben a problemas relacionados con los medicamentos, de las que dos terceras partes podrían haberse evitado, y en los que fue necesario el ingreso de al menos el 60%. Otro dato curioso es que según un reciente estudio llevado a cabo en Andalucía, estima que el 50% de los mayores de 65 años ha estado polimedicado con al menos cinco fármacos durante un periodo mínimo de seis meses.

Si seguimos buscando vemos que hay otro estudio que afirma con una rotundidad del 100% que las personas que sufren de polimedicación van a presentar algún tipo de interacción o reacciones adversas. Este tipo de efectos colaterales son muy dífíciles de detectar antes de que el medicamento salga al mercado e incluso mucho tiempo después. Un ejemplo reciente lo encontramos en los fármacos para combatir el colesterol retirados del mercado, cuyo principio activo (cerivastatina) al interaccionar con otro fármaco también para el colesterol, provoca una destrucción del músculo.
El Congreso tuvo mucho éxito llegándose a reflexiones y conclusiones que deberían  hacernos pensar a todos antes de tomar una medicación. La principal conclusión a la que se llegó fue que “El médico de Atención Primaria debería ser quien coordinase toda la medicación prescrita para sus pacientes por él mismo y por el resto de especialistas”.


Tomar un medicamento prescrito no es una tarea demasiado complicada, pero puede volverse una situación caótica si no se cumplen ciertas pautas para su ingesta, además el problema se agrava cuando los pacientes tienen que tomar varias medicaciones en la misma jornada. Lo más común suele ser que no se respeten los horarios de distribución para la ingesta de los fármacos, elevando las posibilidades de que la medicina no surta un efecto correcto o que provoque un efecto secundario.


El problema de la polimedicación se agrava con el de la automedicación. Es muy común en España medicarse sin la autorización del médico tanto por exceso como por defecto y utilizando no sólo fármacos, si no también hierbas, preparados, remedios caseros etc. La polimedicación afecta a las sociedades desarrolladas donde la esperanza de vida es cada vez mayor (75 años los hombres y 80 las mujeres). A más ancianos, más personas con enfermedades crónicas que precisan medicación constante para poder mantenerlas controladas.