Hay compañeros de viaje que se alojan en un compartimento estanco en algún lugar del equipaje. El neceser encierra en poco espacio todos los cosméticos y accesorios que necesitamos para estar más que presentables en el punto de destino. La exigencia además del contenido, está en el continente de aquellos productos elegidos. En estas nómadas circunstancias, el tamaño importa mucho y los formatos en miniatura hacen la carga menos pesada.
En los viajes sobre ruedas, la única vía limitadora para una maleta es el espacio. La hora de cerrar la cremallera impone hasta donde podemos llegar. Y no va más…(rien ne va plus)
Las fórmulas de doble o triple uso aligeran peso, suman beneficios y restan mililitros. Si nuestro viaje es aéreo, las compañías exigen un total de 100 ml. de capacidad máxima para poder pasar el arco detector con la bendición de las fuerzas de seguridad. Hoy por hoy, los líquidos y los cosméticos continúan siendo material sospechoso. Un perfume, una crema hidratante o un cortaúñas también pueden volar desde nuestro bolso de viaje a las manos de cualquier técnico del aeropuerto con potestad plena para requisarlos antes de subir al avión. Antes de decir adiós a los tesoros de nuestro tocador andante es mejor calcular al mililitro el arsenal de belleza que llevamos y eliminar también los accesorios cortantes o punzantes; los tacones de aguja están excluidos de esta normativa, de momento.
Cuéntame qué cosméticos son imprescindibles para tí a la hora de viajar.