“Tus ojos me dicen veeeen y tus labios me dicen vete”. ¿O es al revés la castiza copla? ¿Qué dicen de ti tus ojos? Al final del día, seguramente nada bueno. Los míos despliegan trabajosamente los párpados para soltarme un desabrido, pero honesto “anda, jamía, que vaya ojeras de perro pachón gastas”. ¡Para que me vengan con semejantes insubordinaciones, no hubiera llevado a “las niñas” a un colegio de pago!
La mirada y su contorno son el punto de mira –y perdón por el jueguecito fácil- de estas tres sugerencias cosméticas que te muestro hoy, útiles para mantener la vivacidad y expresividad de tus ojos.
Apot.Care es una marca interesantísima por su formulación. La idea básica es “lo que es bueno para tus ojos es bueno para tu piel”. Oftalmología, dermatología y nutrición se dan la mano para inventar una dermocosmética de alta gama que incorpora innovadores ingredientes puros con resultados probados científicamente, tanto en oftalmología como en dermatología. Sus productos no contienen parabenos ni fenoxietanol sino únicamente ingredientes activos de calidad oftalmológica producidos mediante biofermentación o extraídos de plantas naturales.
Con estas credenciales han lanzado recientemente una crema hidratante muy prometedora. Sus claves de acción: alisar, reafirmar e iluminar.
La crema irido-radiante de Apot. Care incluye el complejo NAC-A para estimular la renovación celular, manteca de karité y ácido hialurónico. No he probado este producto, pero sí otros de la marca y a mí me fueron estupendamente. El tarro de 50ml se vende a un precio de 89 euros, pero seguramente puedas probar muestras en el punto de venta para ver si te convence.
Como buena treintañera, vivo pendiente de mi contorno de ojos.
Nunca olvidaré cierta presentación, ya lejanísima, de Shiseido, en la que la responsable nos dijo que lo único que debería usar una veinteañera es un buen contorno… Yo debía tener unos 23 tiernos años y esas palabras se convirtieron en el primer versículo de mi decálogo de belleza.
He probado todos los contornos que han caído en mis manos, de prácticamente todas las marcas. El que tengo en marcha ahora da a mi machacado espíritu la paz que necesita. Se llama Magic Eyes y es de Fridda Dorsch. Me encanta su textura, que hidrata y rellena a fondo sin dejar ni rastro de untuosidad.
La formulación, lujo campestre: trigo sarraceno, camomila, agua de rosas, raíz de ginseng…
El tarrito dura la tira y cuesta 42,50 euros.
Para terminar con los cuidados a esta delicada zona, qué mejor que regalarse un buen mimo con impronta manual pro. En Pañpuri Organic Spa (Lagasca, 90) realizan el tratamiento facial Mali Nirundhra, que dedica buena parte de la atención a los ojos, proporcionándoles un “efecto lifting”. Está especialmente diseñado para tratar las características de la zona y combatir los efectos de los radicales libres, al tiempo que se nutre la piel con abundantes vitaminas y minerales, todo con productos orgánicos y de la mano de terapeutas nativas formadas en los mejores templos de Bangkok. Una maravilla de tratamiento del que saldrás dando vivas.