La tirolina,, también llamada canopy es un deporte de aventura que consiste en deslizarse por una cuerda o cable de acero desde un punto a otro de menor altura de distintas maneras, aunque la más fácil, suave y segura se realiza mediante poleas. Se recomienda a todo tipo de personas y es una forma muy divertida de practicar deporte con los amigos o la familia. Podemos trabajar todos los grupos musculares y apenas hay riesgos si somos conscientes de la forma física de cada uno y se cuenta con la tutela de un monitor. En España existen varios parques de cuerdas dedicados a esta actividad. ¿Lo mejor? El contacto con la naturaleza y la cantidad de adrenalina que liberas al desplazarte por una polea y cuesta abajo entre árboles o por encima de un río.
Yo practiqué este deporte en el parque de cuerdas “El Robledal del Oso”, inaugurado esta Semana Santa en Cervera de Pisuerga (Palencia). Aunque al principio creía que era incapaz de realizar incluso el circuito de niños, el apoyo de los monitores y la emoción del momento hicieron que no fuese nada complicado y que me quedase con las ganas de seguir en el parque horas y horas. “El Robledal del Oso” cuenta con todo tipo de obstáculos (puentes tibetanos, lianas, tirolinas y zonas de escalada) en el corazón de un bosque, con circuitos de diferente dificultad a partir de 4 años. Además, ha sido diseñado también para personas con discapacidad física.
También puedes aprovechar estas jornadas de deporte y aventura para realizar turismo rural por la zona. En Palencia se puede disfrutar de la magnífica naturaleza de La Montaña Palentina (no te puedes perder el Mirador de Valcabado o la única reserva de bisontes en España en San Cebrián de Mudá) y el arte rómanico más puro. A mí personalmente me encantaron la ermita de Santa Cecilia en Vallespinoso de Aguilar y la ermita rupestre de Olleros de Pisuerga, excavada en roca a finales del siglo X (en la foto de arriba).
El alojamiento no es ningún problema, sino un placer debido a la existencia de paradores y casas rurales de gran calidad en mitad de la naturaleza. El Parador de Cervera de Pisuerga te permite descansar junto a unas vistas impresionantes (en la foto de arriba) y la Hostería El Convento en Santa María de Mave integra un diseño minimalista en un antiguo convento dando lugar a un ambiente muy zen. Y, por supuesto, la gastronomía de Palencia te dejará un sabor de boca inolvidable: carne de ternera de Cervera, embutidos (chorizo, morcilla y cecina), miel pura de brezo, patés, quesos artesanos de vaca, cabra y oveja, yogures ecológicos y una extensa gama de repostería y dulces. El restaurante Cortés Poza ofrece todos estos manjares en Aguilar de Campoo, pueblo galletero por excelencia con el mejor servicio, ejemplo de la sencillez y hospitalidad de los palentinos.
¿Te apetece una escapada rural de naturaleza y belleza pura contemplativa?