La limpieza escrupulosa y diaria es el básico imprescindible en el cuidado de la piel. Eso es categórico. Después ya puedes ponerte tu crema de pepino y yogur o la de ácido glicólico, lo que necesites, pero la limpieza es lo esencial para cualquier tipo de piel.
A veces aún oigo la voz de mi madre recomendándome… muchas cosas, pero en cuanto a belleza, “nunca, nunca, te vayas a la cama sin desmaquillar”. La preocupación principal de mi madre no eran las sábanas, sino la muy justificada inquietud por el amanecer de mi careto, apenas intuido entre volúmenes hinchados y sucios con las pestañas pegadas entre sí –exagero un poco, sí, pero ya me entendéis.
Quién no ha pasado olímpicamente alguna noche del proceso de limpieza, agotada tras librar mil batallas en el exterior, para espantarse al día siguiente de su propia imagen ante el espejo, todo esto entre vapores resacosos…
Desmaquillarse a la perfección es fácil si sabes cómo. No sólo fácil, sino muy grato, un momento de intimidad al final del día en el que vuelves a “ser tú”, con tu día archivado y tu piel respirando.
Algunas limpiadoras son capaces de otorgar al acto un tinte de auténtico rito. Como la de Eve Lom, mi absoluta preferida entre todas las que he probado a lo largo de toda mi existencia.
Yo no puedo no ser entusiasta con esta limpiadora porque me pirra, tanto su efecto –deja la piel impoluta y muy luminosa gracias a su efecto ligeramente exfoliante– como su modo de empleo, que exige que te tomes un tiempecito.
El ritual consiste en extender el producto por todo el rostro masajeando suavemente. Después se ha de empapar la muselina que acompaña el tarro en agua caliente, para acercarla al rostro durante unos segundos y que el calor ayude a que penetren los aceites esenciales. Este momento me encanta. Huelo el aroma de los aceites, siento cómo actúan, tengo la muselina caliente en la cara… El mundo es un lugar acogedor durante cinco segundos.
Esto se repite dos veces más hasta retirar por completo el producto con la muselina. Esa tú real, guapa y lustrosa ya está lista para lo que le quieras añadir después.
Los precios por tamaño son: 42 euros (50ml), 68 euros (100ml) y 115 euros (200ml)
Otro excelente limpiador es el de Baume 27, una interesante marca nicho cuyo buque insignia es precisamente este producto de marras.
El secreto del éxito del Cleanser 27 reside en la alquimia de tres extractos naturales extraídos de la centella asiática.
Quizá te sorprenda la textura de este producto, densa y compacta; no en vano es un bálsamo… Cuando yo lo tuve ante mí por primera vez no podía creer que “eso” me fuera a desmaquillar bien, ¡pero sí!
Además esta marca no incluye parabenos ni fenoxietanol ni ningún derivado de la petroquímica en ninguno de sus preparados, verdaderas fórmulas magistrales cuyos ingredientes gozan del certificado Ecocert.
El precio del Cleanser 27 es 59 euros.
Ya que menciono el tema de la textura, hay que darle a ésta la importancia que se merece porque puede marcar la diferencia a la hora de elegir un producto u otro. Hay gente que no soporta las texturas oleaginosas y necesita fluidos, bases acuosas que dejen una sensación de ligereza en la piel.
Si eres de éstas, quizá prefieras un tónico para desmaquillarte en lugar de andar con leches cremosas. ¿Y si este tónico, además de acuoso, estuviera compuesto a base de frutas? ¿Te imaginas desmaquillarte con zumo?
Pues no es zumo, pero casi. La nueva marca Fruit Forever, a la venta en exclusiva en Perfumerías Marionnaud, es el resultado de batir unas cuantas “súper frutas”: arándanos, uvas, mango, granada, bayas goji… Frutas de eficacia antioxidante más que probada en la ingesta y que ahora podrás absorber también vía epidérmica.
El tónico desmaquillante de Fruit Forever está enriquecido con bayas Goji y arándanos provenientes de América del Norte, activos que ofrecen a la piel una mayor resistencia frente a las agresiones externas.
Completan la formulación la mora, de acción purificante, y el espino blanco, astringente.
Este tónico tampoco contiene parabenes –faltaría- y cuesta 21 euros.
Seguramente tú también escuches de vez en cuando la voz de tu madre ‘sugiriéndote’… muchas cosas, pero sobre todo que nunca te vayas a la cama sin desmaquillar.
A regañadientes, si tienes prisa, siempre puedes hacer caso a tu madre y tirar de toallitas desmaquillantes, rápidas e indoloras como un trago sin respirar.
Las de la nueva línea de Sephora, Yes to Cucumbers, no sólo limpian, sino que también realizan una ligera exfoliación y aportan varias de las propiedades del pepino –¡y su frescura!- a tu piel.
Estas toallitas se presentan en un pack de 30 y cuestán 5,90 euros.