Que la crisis no te impida honrar a tus muertos como se merecen durante estas celebraciones. ¡Una fiesta es una fiesta! No te equivoques con eso de que Halloween es una fiesta americana, también lo es mexicana y en último caso, de origen celta. Los celtas llamaban a esta festividad: Samhain, marcaba el final del verano y de la cosecha, y el comienzo del invierno y del año celta. Tenía un significado tan mágico o más que la Noche de San Juan.
Tenían la creencia de que los muertos podían traspasar el límite que separa el mundo de los vivos para venir a visitarnos. Por eso dejaban alimentos en su puerta para complacer a los espíritus que llegaran. Los chamanes celtas, más corectamente llamados druidas se ponían una especie de disfraz para facilitar la conexión con el mundo del Más allá que queda a las afueras de Móstoles. Sólo Iker Casillas y el otro Iker, Jiménez saben cómo se puede llegar hasta allí sin disfraz ni maquillaje.
Bromitas aparte, la magia y la fiesta empieza siempre por un@ misma. Y el maquillaje es definitivo a la hora de ir bien pertrechad@ y ponerse en el papel. ¿Dónde está el límite? Eso me pregunto yo. Pero ya sabes que la realidad suele superar a la ficción y en estos vídeos la gente se ha aplicado el cuento con mucho colorín colorado.
Antes de ponerte las pinturas de guerra, lo primero es aplicar una crema base hidratante y esperar unos minutos a que se absorba. Tampoco te vendría mal una prebase de maquillaje. Se trata sólo una medida protectora para no exponer tu piel directamente al pesado maquillaje que te vas a echar encima y también para garantizar su duración en mejores condiciones. Luego, el maquillaje mínimo imprescindible podría consistir en lápiz negro y un poco de base de maquillaje blanca. Y cómo no, un poco de arte, y por supuesto ganas de salir a celebrarlo con un poco de imaginación y unos cuantos trapitos ad hoc.
Si quieres enriquecer un poco más tu look de Halloween, te recomiendo que te pases primero por una tienda de maquillaje donde vendan pinturas o maquillajes teatrales. En caso contrario puedes recurrir a tus sombras de ojos más dramáticas, colorete, incluso polvos de sol. Si tienes destreza con el pincel y eres muy artista pregunta por el látex, un recurso más que si lo sabes utilizar adecuadamente puede darte mucho juego a la hora de crear efectos especiales para caracterizarte y hacerte una cicatriz, una verruga o una auténtica nariz de bruja. Si ya tienes todas esas cosas de serie, es el momento de aprovecharlas al máximo.
Aunque si quieres ir en plan un poco más sofisticado y ser una vampiresa llena de glamour, puedes utilizar barras de labios en tonos morados, violetas o diferentes tonalidades de rojo hasta llegar al verdadero rojo sangre.
¡Feliz noche de terror! Pero por muy terrorífica que sea no te olvides de desmaquillarte a fondo con una limpiadora enérgica pero suave con tu piel. Este tipo de maquillajes son una verdadera pesadilla… Elige un limpiador en dos fases de los que llevan aceites porque con las clásicas toallitas no vas a tener suficiente. Y cuando por fin, veas la luz, quiero decir tu cara libre de pintura, ponte un poco de crema nutritiva y a la camita. Sólo así te levantarás con buena cara. ¡Ja,ja,ja…!