Los días se acortan, el metabolismo se hace más lento, te invade el cansancio y, por si fuera poco, comienzas a ver un montón de pelos por todas partes: en la ropa, en la ducha, en el suelo, la almohada. ¿Te sientes identificada? No te alarmes. Es más habitual de lo que crees, aunque debes saber cuándo necesitas buscar ayuda y dónde la puedes encontrar.
Y desde luego no sirve cualquier lugar para encontrar la solución qué buscas. Dentro del sector de los anti-caídas existen muchos sistemas nada fiables…
Es típico el aumento de la pérdida de cabello en esta época del año, existen varias teorías: una de ellas habla del aumento de la secreción de andrógenos (hormonas masculinas) en la mujer. Otra teoría lo achaca al retorno al estrés cotidiano tras las vacaciones a lo que se une las carencias alimenticias que a menudo se producen durante el verano. Teorías a parte, lo cierto es que el estrés, la contaminación, las dietas draconianas sin control médico, algunos fármacos como los anticonceptivos y los cambios hormonales (más acusados tras el parto y en la menopausia) no ayudan nada a la hora de conservar el pelo en su sitio.
Pero, ¿cuándo deja de ser normal una caida? ¿cuándo debes preocuparte? Los expertos dicen que perder hasta 100 pelos al día es normal. Aunque no te vas a poner a contarlos, es muy fácil saber cuándo estás perdiendo más de la cuenta porque te los encuentras por todas partes, y los demás seguro que también te lo hacen notar. En ese momento, puedes ayudar a tu cabello a regenerarse y a reponer lo perdido con cosmética anticaida vía oral (fortalecen el cabello desde el interior: el bulbo) o con ampollas de uso tópico que contengan principios activos como el minoxidil, la taurina, la quina, los ácidos grasos Omega-6 o vitaminas, que proporcionan a la raíz del cabello el alimento necesario para crecer fuerte y sano.
Si la caída persiste más de 2 meses, debes visitar a un dermatólogo, quien indicará el tratamiento más adecuado.
¿Qué puedes hacer ante un problema de alopecia estacional?
– Puedes lavarte el pelo todos los días sin ningún problema, siempre y cuando utilices un champú con pH neutro.
– Procura limitar el uso del secador de pelo.
– No utilices gorros que impidan respirar a la raíz de tu cabello.
– Intenta no hacerte coletas tirantes, trenzas ni recogidos.
– No olvides que el tabaco reseca la piel y debilita la fibra capilar.
– Evita champús y lociones que contengan siliconas porque asfixian la raiz del cabello. Mira los ingredientes en los envases de champú. La mayoría de las siliconas tienen nombres que acaban en “ona”.
– Es bueno que aclares el cabello con agua fría.
– Masajea siempre tu cuero cabelludo después de cada lavado. Házlo con las yemas de los dedos desde la nuca hasta el frontal sin olvidar las sienes, como si quisieras despegar el cuero cabelludo de la cabeza. Si te aplicas aceite de romero, activarás su crecimiento.
– No te vayas a dormir con el pelo húmedo.