El ADN guarda los secretos de la belleza y la juventud de la piel. Es como un disco duro que todo lo memoriza. Los rayos UVA son una de las primeras causas de daño del ADN de la piel ya que atacan el corazón de la célula. Con la repetida exposición al sol, la célula disminuye su capacidad de regenerarse y es cuándo la piel pierde su aspecto juvenil.
¿Es posible entonces lucir un bronceado intenso conservando a la vez la piel joven?
Los rayos UVA producen gran cantidad de radicales libres, que alteran el ADN celular y provocan disfunciones. Los nuevos protectores solares Sun Age Control de Lancaster incorporan un complejo Biotech-DNA para estimular la reparación del ADN. Reforzar su acción es clave para prolongar el buen aspecto de nuestra piel: evitar las arrugas, la flaccidez y las manchas.
Sun Age de Lancaster ofrece una línea de productos que se adaptan a las distintas necesidades. Puesto que a los 35 años se impone la prevención mientras que a los 50, se busca un tratamiento protector y reparador. Sun Age Control Mature Skin SPF 50 posee un complejo regulador de la melanina y promete, además reducir la aparición de las manchas solares.
Yo, que las sufro en el rostro, paso mis días de descanso parapetada tras la sombrilla en la playa. Aún así, de forma sorprendente, me pega el sol. Lo que se traduce en que las manchas se vuelvan más oscuras, aún con la máxima protección. Siendo tan complicado protegerse de los rayos UVA, es aconsejable no ahorrar en salud y decidirse por protectores de alta gama especialmente formulados para nuestros problemas. El futuro de nuestra piel está en juego.
Sun Age Control Mature SPF 50 de Lancaster, protector solar con tratamiento anti-aging.
Precio: 38 euros.