La obesidad es una enfermedad que está muy asentada en España y en todo el mundo. Se comienza por comer por gula en vez de por necesidad y esto se aprecia en unos ‘kilitos’ de más, hasta alcanzar, sin darse cuenta, un peso desmesurado. Y para cuando nos queremos dar cuenta, la persona es obesa.
Pero para aquellos que todavía no han llegado a ésta fase y ven que quieren perder peso y los odiosos michelines, os proponemos un nuevo sistema no invasivo que es capaz de eliminar la grasa localizada mediante frío: la criolipolisis.
Y es que los genios que han inventado este tratamiento son un grupo de científicos de la Universidad de Harvard. Esto no ha quedado en el laboratorio, sino que los dermatólogos del Colegio de Médicos de Harvard demostraron que las células grasas son más vulnerables al efecto del enfriamiento que otros tejidos y que pueden ser eliminadas sin dañar la piel.
¡Qué inventos! Sin llegar más lejos, en EEUU ya se benefician de ésta técnica. Y, ¿España? De momento, el Dr. Ricardo Ruiz, jefe de la Unidad de Dermatología de Ruber y director de la Clínica Dermatológica Internacional, tiene ésta tecnología en su consulta.
Aunque suene a ‘milagro’, no lo es porque una persona obesa o gorda no puede sólo someterse a éste tratamiento, ya que es una ayuda. Es más, la técnica obtiene muy buenos resultados en pacientes relativamente delgados que presentan adiposidades de grasa localizadas.
Hemos contado qué es, quién lo ha inventado, dónde se puede tratar, y qué no hace. Pero… realmente ¿cómo funciona? Bien, el médico utiliza un aplicador para administrar frío en el área de grasa. Y ésta acción destruye las células localizadas, que más tarde se eliminan a través del proceso metabólico normal del cuerpo. El procedimiento dura entre 2 y 3 horas, dependiendo del tamaño del área a tratar.
Y lo más importante, el paciente después puede volver a su actividad normal, aunque es posible que aparezca un enrojecimiento que puede durar minutos y horas. También pueden salir hematomas pero que desaparecen en pocas semanas. Y lo más curioso, según referencias de algunos pacientes, es que algunos han experimentado una sensación de hormigueo o adormecimiento de esa zona que les ha durado entre 1 a 8 semanas.
¿Resultados? Aparte de que sea indoloro, se puede observar una reducción notable durante los 2 a 4 meses posteriores al tratamiento. El médico es el que valora si es positivo realizar una intervención adicional.
Informándonos de todo el sistema que parece tan innovador, nos rascamos el bolsillo y vemos que con esto de la crisis no tenemos mucho dinero. Pero ¡tranquilos! Para ser tan eficaz no es muy caro.
– Zona tratada. Precio: 500 euros.
– Michelines de la cintura. Precio: 1.000 euros.
– El abdomen. Precio: 1.500 euros.
EDUARDO dice:
Maica 
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