Las propiedades de este aceite son infinitas. Extraído del árbol del té, conocido como Tea Tree o Melaleuca Alternifolia, su origen se sitúa en Australia donde los aborígenes llevan años utilizándolo.
En lo que se refiere a su uso cosmético posee un efecto antiséptico, bactericida, cicatrizante, antiinflamatorio, desodorante, fungicida, balsámico… Aunque también resulta muy efectivo para otros problemas.
- Tratar problemas de acné, ya que respeta el equilibrio natural de la piel, al contrario que otros muchos tratamientos que lo que hacen es perturbarlo, y a su vez la repara.
- Prevenir y hacer frente a todo tipo de infecciones, como la candidiasis, que afectan a la zona íntima, tanto femenina como masculina.
- Eliminar bacterias y microorganismos causantes del mal olor corporal.
- Ayudar a controlar la flora bacteriana que tenemos en la boca, mejorar nuestra higiene oral e incluso reducir el mal aliento.
- Luchar contra los piojos del cuero cabelludo. Estimular o reducir la producción de sebo en cabellos secos y grasos.
Pero su uso no se limita exclusivamente al campo de la cosmética, ya que este aceite esencial no tiene precio como desinfectante, para fregar suelos, baños, limpiar tuberías…
Además es útil para ahuyentar a las pulgas y garrapatas que tanto irritan a nuestros animales de compañía.
En el sector de la alimentación actúa como conservante con capacidad antimicrobiana que permite mejorar la conservación y la calidad de los cítricos. Este descubrimiento lo han llevado a cabo un equipo de investigadores del Instituto de Ingeniería de Alimentos para el Desarrollo de la Universidad politécnica de Valencia.
Podemos adquirirlo en cualquier herbolario, pero si preferimos que este integrado en cada uno de nuestros productos cosméticos diarios marcas como The Body Shop, Kiehl’s, Korres… lo incorporan como ingrediente principal en mascarillas, champús, geles…