No comas chocolate que te salen granos, se te pican los dientes, engordas… son los típicos tópicos que nuestras queridas madres y la sociedad, en general, nos han inculcado durante años. Sylvie Chartron, responsable de nutrición y salud para Mars Europa, ha puesto fin a estos falsos mitos en las jornadas sobre ‘Las nuevas tendencias en nutrición. Chocolate y alimentación’, celebradas el pasado miércoles 22 de octubre y organizadas por ANIS (Asociación Nacional de Informadores de la Salud).
Chocolate versus acné
El acné es una erupción cutánea inflamatoria producida por una infección bacteriana que hace que la grasa que contienen las glándulas sebáceas se descomponga, causando así la irritación de la piel. Los factores de desencadenamiento suelen ser genéticos y hormonales. Los estudios han mostrado en repetidas ocasiones que no existe relación entre el consumo de ciertos alimentos como el chocolate con el acné, pues la grasa ingerida en nuestra dieta diaria no se acumula en las glándulas sebáceas.
Chocolate versus caries
La principal causa de caries es la falta de higiene. También intervienen en este proceso otros factores como: la placa bacteriana del interior de la boca, los componentes de los alimentos que ingerimos, que pueden ser utilizados por las bacterias de la boca para producir ácido que es lo que influye directamente en los dientes, el tiempo de contacto diente-alimento…
Si clasificáramos los alimentos en función de su capacidad para producir ácidos el chocolate no se encontraría entre sus primeros puestos, aún así, su consumo debe ir acompañado de una higiene oral adecuada.
El toffee y los pasteles son lo que mayor poder acidogénico tienen, y por tanto, cariogénico.
Chocolate versus obesidad
Estudios epidemiológicos han demostrado la falta de relación entre el sobrepeso y el consumo de chocolate, de hecho, se observa que las personas obesas no sienten la imperiosa necesidad de comer este alimento. Responsables de la obesidad son la genética, una dieta desequilibrada y la falta de actividad física.
Por sí mismo, no existe ningún alimento responsable del aumento de peso. Lo que es importante cuidar y hay que tenerlo en cuenta es el aporte energético que ingerimos en nuestra rutina alimenticia.
En Bélgica hay un gran índice de consumo de chocolate, sin embargo, no existe un alto porcentaje de gente con sobrepeso.
Si en la antigüedad era considerado como ‘la comida de los dioses’ y se le atribuían valores terapéuticos, místicos, afrodisíacos… no puede ser malo. De hecho, en está época se han documentado más de 100 usos medicinales entre los que cabe destacar: tratamiento de problemas renales y intestinales, anemia, cansancio (estimulante)…
En la actualidad, diversos estudios han dictaminado que el consumo habitual de chocolate reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas como las coronarias o el cáncer, gracias a su alto contenido en polifenoles, especialmente flavonoides, sustancias naturales bioactivas que contribuyen a mantener y mejorar la circulación sanguínea, así como también tienen una función antioxidante.
Entre sus principales beneficios señalamos: su valor nutricional (rico en minerales esenciales, proteínas, carbohidratos, grasas) y el placer sensorial (mejora nuestro humor y reduce la tensión). La combinación de su aroma, sabor y textura hace que se estimulen nuestras endorfinas provocándonos un estado de felicidad muy placentero (por algo dicen que es el sustituto del sexo).
La ingesta recomendada en nuestra dieta diaria es de entre 50 a 100 gramos, repartidos a lo largo de la semana.