Una de las nefastas consecuencias del tabaquismo son las complicaciones respiratorias.
Muchos pacientes con enfermedades respiratorias graves continúan fumando incluso cuando su estado llega hasta el punto de necesitar tratamiento con oxígeno domiciliario. De hecho y según se ha puesto de manifiesto en el Estudio TOMA (Tabaquismo en pacientes con Oxigenoterapia crónica domiciliaria en la Comunidad de Madrid) “el 5,4% de los pacientes mayores de 40 años con este tratamiento confiesa seguir fumando, cifra que aumentaba al 18,3% en los pacientes de entre 40 y 60 años. Casi el 20% DE LOS PACIENTES CON OXIGENOTERAPIA CONTINÚA FUMANDO. Menudo vicio, qué devastadora adicción. ¿Qué hay detrás de los cigarrillos que provoca esa dependencia? ¿Lo saben las autoridades sanitarias y el gobierno que tanto prohiben? ¿Conocen el antídoto para el veneno?
Mientras tanto las investigaciones no cesan y la prohibición se mantiene por el beneficio individual y público que supone erradicar a los fumadores del mapa.
¿Podrían estudiar un poco más para buscar un tratamiento anti-tabaco productivo y verdaderamente eficaz a largo plazo?
El alto grado de adicción explica sin duda el consumo de tabaco de estos pobres pacientes. Y es que, la edad media de inicio del hábito tabáquico fue de 18,8 años, llevando una media de tiempo fumando de 48,8 años. Otro dato a guardar en la memoria , el 65% asegura haber fumado ya su primer cigarrillo en la primera media hora tras levantarse por las mañanas.
Esta investigación ha pretendido conocer la persistencia del hábito tabáquico en la población de pacientes con oxigenoterapia crónica domiciliaria en la Comunidad de Madrid y sacar a relucir cifras de interés.
Los 7 centros hospitalarios de la Comunidad de Madrid que han participado en esta investigación han puesto de manifiesto la necesidad de hacer hincapié en los programas de deshabituación tabáquica entre estos pacientes.
Algo obvio por otra parte, ahora sólo tienen que poner en marcha los programas para dejar de fumar que se conocen hasta ahora que son muchos y poco efectivos.
Imagen: El Valin.