En mayo de 2005, Charlize Theron firmó un contrato de exclusividad con la marca Raymond Weil según el cual debería lucir siempre los relojes de la marca en sus actos públicos. Pero en numerosas ocasiones se le ha visto portando relojes y joyas de la competencia. A la actriz sudafricana puede costarle caro estos “despistes”.
Raymond Weil exigirá el pago de la actriz de 20 millones de dólares, en concepto de indemnización por su incumplimiento del contrato. Esto es lo que expone la firma suiza según la cual Charlize cobró cientos de miles de dólares por usar diferentes firmas:
– 3 millones de dólares por anunciar el perfume J’adore de Dior.
– Recibió 50.000 dólares por usar Chopard en el 2006 en los premios BAFTA en Londres
– 250.000 dólares por lucir Montblanc
– Lucir en distintos actos y ruedas de prensa un reloj Dior.
El representante de la firma Olivier Bernheim ha declarado a los medios que al menos por ahora “la firma no recurrirá más a celebridades para promocionar sus productos”.
Después de las numerosas infidelidades publicitarias de la señorita Theron no me extraña en absoluto de decisión del señor Bernheim.
Fue denunciada en febrero del 2007 y tras numerosas reuniones y negociaciones sin llegar a acuerdo alguno, Charlize deberá ir a juicio en Nueva York ante un tribunal federal a finales de octubre de 2008.
¿Saldrá bien parada Charlize de este juicio? ¿Crees que después de las experiencias publicitarias de Charlize las firmas prescindirán de caras conocidas para su publicidad? ¿O crees que a partir de estos hechos los actores, deportistas de élite y famosos en general leerán con detenimiento y precaución la letra pequeña de los contratos?