En su otra vida, la exitosa escritora argentina Cielo Latini llegó a pesar 47 kilos, midiendo 1.70 metros. Ahora espera un bebé y en bellezapura nos presenta “Abzurdah”, un libro publicado por la editorial Planeta en América Latina y por Ediciones Ámbar en España en el que lo cuenta todo, con alegría de estar viva y de haber vencido a la anorexia.
– Sufriste anorexia, bulimia y otros trastornos depresivos desde los 14 años y estuviste al borde de la muerte…perdona por la crudeza, pero supongo que lo prefieres así… en tu libro llamas a las cosas por su nombre…
Sí, creo que debemos llamar a las cosas por su nombre. La anorexia y la bulimia son enfermedades y me parece que no hay que ocultar nada de lo que se vive cuando una persona padece esas enfermedades. Es una manera de dar a conocer ese infierno, muchas chicas no saben donde se meten y sus familiares mucho menos, por eso recomiendo que Abzurdah no sea leído solo por adolescentes, sino también por adultos para que tengan conocimiento de esto. Mi historia la puede vivir cualquier persona en este mundo, y muchos no están al tanto de que es “Ana y Mia”.
– Además de tu caída, en el libro hablas de tu resurrección ¿Cómo conseguiste salir de aquella pesadilla?
Como siempre digo y afirmo, el psicoanálisis fue lo que realmente me salvó. Al principio no me gustaba para nada la idea de ir a un psicólogo, estaba en rebelde, me parecía algo absurdo. Los que están cerca de mí no entendían lo que me pasaba, ¿cómo pretender que lo entiese alguien que recién me conoce?
Me obligaron, pero con el tiempo me fui encariñando con mi psicoanalista y la verdad es que me hacia muy bien hablar con el. Es más…lo llamaba a cualquier hora por cualquier cosa, nos hicimos amigos.
Néstor junto con mi familia me salvaron. Néstor me hizo entender ciertas cosas que yo no entendía y que mi familia vivía demostrándome.
Mis padres sufrieron muchísimo toda esa etapa y yo no lo veía.
– Pastillas para adelgazar, mentiras, dietas casi absolutas, ejercicio excesivo, ¿Qué debe hacer quién está pasando por esta terrible situación que tú viviste?
Informarse, por que sin darse cuenta terminan siendo esclavos/as de Ana y Mía.
Creo que deberían pedir ayuda a un familiar o a un amigo. Una vez que entraste cuesta muchísimo salir, lleva mucho tiempo, años.
Y siempre deben tener en cuenta que la anorexia y la bulimia son enfermedades y no un estilo de vida.
– En tu caso, ¿cuándo y cómo te diste cuenta de que realmente lo que te pasaba es que estabas enferma, que padecías anorexia?
Me parece que fue, primero cuando Alejo me dijo: “yo con una anoréxica no voy a estar”, en vez de decir: “tienes un problema, te voy a acompañar”, me dijo eso… bueno entonces pensé ¿qué está pasando?… ¡Yo no quiero vivir más!
Para mí Alejo era lo que para un cristiano es Dios ¿uno vive para Dios, todo para Dios… se le debe todo, y de repente desaparece Dios y el cristiano se quiere morir. Y eso era lo que me pasaba, era como una droga para mí, una adicción y no quería vivir más, sin él quería morirme, y bueno eso es exactamente lo que me pasó con Alejo, una vez que desapareció le dije: “¡No, no puedo vivir así!”.
Te juro que era como una abstinencia, me faltaba el aire, no podía vivir, necesitaba saber de él, verlo… no sé, leerlo, chatear con él, algo… y bueno, parece que ahí fue el “clic” y dije yo estoy mal… intento de suicidio, internación de 3 meses, pero recién un año después de la internación pude darme cuenta que mi suicidio había sido afortunadamente fallido, que no había sido un fracaso como lo tomé al principio. Pensaba: “¡no puedo dejar de comer!, ¡no puedo estar flaca!, no puedo tener una buena relación con mi novio, no puedo morirme…” “¿Qué puedo hacer?, o sea no tengo control de nada en mi vida”. Y después me di cuenta que tenía el control pero sanamente, es decir, comiendo pero poco, o comer demasiado, pero tampoco sin dejar de comer… en las pequeñas cosas empecé a encontrar ese control.
– Hoy ya estás curada, pero no bajas la guardia… ¿tienes secuelas, recibes algún tipo de tratamiento?
Hoy puedo decir que no quedan secuelas, me siento totalmente recuperada y feliz, con muchos proyectos.
Esperando a la hija que tanto soñé y teniendo a mi lado a un hombre que me ama de verdad.