Las gafas de sol no son sólo un accesorio de moda. Además son una medida casi obligatoria para salvaguardar nuestra salud ocular especialmente durante el verano cuando los rayos de sol son más incisivos. Lo ha advertido el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos: “EL SOL DAÑA TUS OJOS… ¡Y LOS DE TUS HIJOS!”
Advertencia que veremos en las oficinas de farmacia durante todo el verano. El objetivo de esta campaña, es que nos demos cuenta de la seria amenaza que representan para nuestros ojos las gafas de sol sin garantía sanitaria. Nos hemos puesto en contacto con María Teresa Román, la vocal de Óptica y Acústica del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, para conocer de primera mano la importancia de la protección ocular.
– La exposición a la radiación solar es acumulativa, ¿tienen nuestros ojos una especie de tope solar?
Efectivamente, la radiación solar es acumulativa, la exposición a los ultravioletas durante la infancia influye significativamente en el riesgo de enfermedades oculares en la vida adulta. Los ojos de los niños no están totalmente desarrollados, por ello las radiaciones UV les afectan más, así aproximadamente el 80% de la invasión de los rayos UV en el interior del ojo se produce los primeros durante los 18 primeros años de vida.
Por tanto, es necesario proteger especialmente a los niños para evitarles posibles problemas oculares en su vida adulta. Sin embargo, se da la paradoja de que siendo la radiación ultravioleta acumulativa, la población no es consciente de ello y las actitudes de los padres resultan determinantes para la elaboración de cualquier estrategia de prevención del daño solar ocular.
– Según vuestros datos, el 74% de la población conoce que la radiación solar daña la piel, pero sólo un 4% es consciente del daño que produce en nuestros ojos. ¿Qué tipo de daños oculares podemos sufrir si no nos protegemos del sol?
Los daños que pueden producir las radiaciones solares son numerosos si no nos protegemos correctamente. Entre las patologías producidas por los ultravioletas pueden ser clasificadas según las partes del ojo al que afectan, en el párpado se pueden reseñar el edema palpebral, eritemas, eccemas y quemaduras cutáneas; si nos centramos en la córnea se puede producir pterigion, queratitis, escamaciones del endotelio y pérdida de transparencia. En la conjuntiva las radiaciones pueden llegar a producir conjuntivitis y pinguéculas y en el cristalino cataratas. Además debemos señalar que la retina también puede ser perjudicada y originar degeneración macular y destrucción de foto-receptores.
– ¿Deberíamos proteger nuestros ojos con gafas de sol? ¿y los de los niños también?
Aunque el ojo dispone de mecanismos de protección frente a las amenazas de las radiaciones solares, como son la contracción de la pupila, las cejas y los párpados; no siempre son suficientes. La mejor manera de evitar la generación de posibles problemas es la utilización de gafas de sol, adquiridas siempre en establecimientos sanitarios y bajo la supervisión de un profesional sanitario. Además, es imprescindible asegurarse de que protegen de los rayos ultravioleta y que cumplen con las normas de seguridad de la Unión Europea, en cuyo caso llevarán el distintivo “CE”.
En cuanto a los ojos de los niños, no están totalmente desarrollados, por ello las radiaciones UV les afectan más. Aproximadamente el 80% de la invasión de los rayos UV en el interior del ojo se produce los primeros 18 años de vida. Por tanto, los niños deben protegerse con la gafa de sol adecuada: que absorba el 100% de los rayos UV.
Además, existen casos que necesitan mayor protección: como la degeneración Macular Asociada a la Edad. (DMAE), los principios de cataratas, la retinitis pigmentaria, los pacientes de albinismo, de afaquias post-cirugía refractiva (que necesitan de protección total UV ya que esa patología consiste en la ausencia de cristalino) y quien padezca fotofobias.
– ¿Qué tipo de gafas son recomendables? ¿Cómo saber si cumplen con todas la garantías?
En primer lugar se pueden señalar una serie de características que deben cumplir todas las gafas de sol que se comercializan:
- Deben proteger del UV.
- Deben ser adecuadas para la conducción o indicar específicamente lo contrario.
- Deben presentar fidelidad del color.
- No alterar el reconocimiento de los colores ya que de lo contrario provocan cansancio, fatiga ocular, pero lo peor es que pueden resultar peligrosas.
Todas las gafas de sol vendidas en la Unión Europea tienen que cumplir, por ley, un único estándar de seguridad. Deben llevar la marca “CE” que garantiza su eficacia. No te juegues la vista con copias baratas de mercadillo y si lo haces, al menos, acude a una óptica para cambiar los cristales suponiendo que le modelo de gafa de sol lo permita. Para lograr la marca “CE” las gafas de sol deben superar unos test exhaustivos que demuestran que están a la altura de su función. La CE clasifica las lentes de sol en 5 categorías, según la absorción de la luz visible. Estas categorías no indican que la lente absorba más o menos UV. En las gafas de sol la absorción de la luz se ve indicada en las gafas mediante las palabras: “100% UV Protection”, o la indicación: “UV 400 nm”. Las diferentes categorías son:
Categoría 0:
Lentes claras o ligeramente coloreadas, para su utilización en interiores o con cielo cubierto y sin restricciones para la conducción.
Categoría 1:
Incluye las lentes ligeramente coloreadas, utilizadas cuando existe una luminosidad solar ligera y son válidas para la conducción nocturna.
Categoría 2:
En esta categoría se incluyen lentes medianamente coloreadas, creadas para una luminosidad solar media. En este caso no son válidas para la conducción nocturna.
Categoría 3:
Son lentes fuertemente coloreadas para su utilización cuando la luminosidad solar es fuerte y tampoco son válidas para la conducción nocturna.
Categoría 4:
Se trata de lentes muy oscuras, apropiadas para la luminosidad solar extrema y que no se pueden usar ni para la conducción nocturna ni diurna.
– ¿Algo más para bellezapura?
Durante este verano las oficinas de farmacia vamos a insistir con esta campaña, “Protege tus ojos… ¡y los de tus hijos!”, en la importancia y necesidad de adquirir las gafas de sol en centros de salud autorizados y con la supervisión de un profesional sanitario. La compra de las lentes en centros no autorizados tiene graves riesgos, ya que no cumplen la normativa a nivel de resistencia mecánica, prestaciones ópticas, inflamabilidad y compatibilidad fisiológica.
Es fundamental proteger a los niños de las radiaciones solares, ellos son los más vulnerables, pero además hay que elegir sus gafas de sol en función de todas las características de calidad requeridas para una correcta protección, y no basándose en criterios de precio o moda como suele ser habitual.