Advierto que hoy me he levantado un poco sarcástica y es que los previos a la Navidad siempre me soliviantan un poco. Por cierto, este año no me da tiempo a poner el Belén. Pero tampoco me preocupa, pasa en las mejores familias.
Hay que inventar liebres para poder hacer de nuestra vida un extenso y luminoso día de caza, y para poder decretar que somos cazadores. Mario Levrero.
La cosmética actual por ley se realiza sin crueldad animal y sin experimentación en animales. Pobres conejitos, mira que irritarles los ojos así para probar una máscara de pestañas o testar un contorno de ojos. Que conste que me encantan los animalillos y no quiero que sufran. Tampoco los vegetales, pobres seres vivos inanimados y demás criaturas indefensas. En este apartado caben también otro sectores de la población mundial y la especie humana. Incluso yo como autónoma también me podría incluir en el subconjunto de especies en pleigro de extinción.
Volviendo al tema de la crueldad animal en cosmética. Por fin, lo hemos conseguido, ahora las pruebas se hacen en voluntarios humanos: hombres, mujeres y espero que los niños queden al margen. La cosmética entra así en el mundo de los test clínicos igual que los laboratorios farmacéuticos con los medicamentos.
Es mucho mejor que prueben los productos en “voluntarios” (humanos pobres, presidiarios y gente así) para que se ganen unos eurillos testando cosméticos. Así hemos resuelto lo de la crueldad animal. Ahora es crueldad con el prójimo.
¡Por Dios, que estamos casi en Navidad! Un poquito de humanidad. Basta de alimentar el ego y el estómago que es lo típico de estas fiestas. Habrá que pensar un poco en los demás. Bueno algunas firmas tienen el detalle de testar en pieles sintéticas, pero este método es muy caro, y además el comportamiento no es exactamente el mismo que la piel humana.
Por ejemplo, para probar los filtros solares se suele hacer en la espalda del voluntario en cuestión. Se coloca una plantilla de cartulina con cuadraditos de 1 centímetro cuadrado perforados en ella. A continuación en cada cuadrito se aplica los cremas solares y se expone la espalda a los rayos del sol natural bajo la mirada atenta de un cronómetro que irá midiendo los tiempos de enrojecimiento de la piel y su relación con los índices de protección.
El territorio de investigación es una espalda humana donde se miden exactamente los índices de eritema solar, quemadura, etc. Cifras interesantes para establecer los distintos factores de protección solar del 8 al 50 +.
Por cierto, aplica protección solar extrema para la nieve. No bajes de un filtro 20 si no quieres volver con la piel destrozada. El sol de invierno es el más agresivo y hay que evitar rojeces y quemaduras.
¿Te prestarías voluntari@ para un test de laboratorio? O mejor, ¿Has hecho ya de Conejillo de Indias para alguna marca cosmética? Cuéntame…