No se trata de cambiar de vida por completo, sólo de adaptarse a los cambios físicos y psíquicos lógicos del periodo de gestación. El proceso de gestación no es una enfermedad. La maternidad es un proceso de creación y recreación que invita a descubrir una nueva vida, un nuevo cuerpo y una mentalidad diferente. Todo transcurre muy despacio.
Son 9 meses de gestación, donde da tiempo a casi todo. Alimentarse bien, trabajar, leer, divertirse, dormir, descansar, caminar despacio, meditar, pensar y ser lo más feliz posible. Antes de que podamos empezar a mimar a nuestro bebé, tenemos que aprender a mimarnos a nosotras mismas, y también dejar que nos mimen un poco más de lo normal.
Ante todo, mucha calma… La decisión de tener un hijo es una experiencia única que cambiará tu vida. En la mayoría de los casos para mejor. Bromas aparte, es casi un imperativo intentar disfrutar del embarazo, la lactancia y la primera fase de crecimiento del bebé. Durante este maravilloso proceso, todos los cuidados deben enfocarse por la vía del placer, con mucho sentido del humor y profundizando en el equilibrio interior.
Nada de torturas, es hora de dar la bienvenida a las terapias del bienestar: yoga, relajación, aromaterapia y mucha meditación transcendental.
Bienvenida a un mundo de suavidad. Durante el embarazo, la piel y el cabello están rebosantes de esplendor. Nuestras hormonas se encargan de embellecernos. Con el guapo subido y una buena mata de pelo, debemos pensar en el futuro y ser un poco precavidas. Nada mejor que planear un programa de cuidados basados en la suavidad y la nutrición tanto interior como exterior. Así no nos pillarán por sorpresa la anemia, la caída capilar post-parto, las temidas estrías o la flacidez.
¿Tienes algún plan de cuidado pre-concebido? ¿Qué es lo que más te preocupa ahora?