Son las 8.25 de la mañana, acabo de desayunar y camino pensativa por el metro. Mientras, escucho esa música que cada mañana me da los buenos días y me hace fundirme en mis pensamientos. A cada paso me observo a mi misma caminando por este largo camino que es la vida.
Quizá no me doy cuenta de lo que he dejado con el paso de los días, tan parecidos entre sí. Es otra mañana más, otro paseo por el metro, una música matinal y más pasos que rellenan el libro de mi existencia. Nuestra vida la dibujan miles de llegadas, destinos y un sinfín de paradas de metro.
Llego al vagón y me encuentro con figuras humanas que como yo van conociendo y se ven a si mismos como en una película. Avenida de América, Nuevos Ministerios… y por fin mi destino. Todos tenemos un camino que recorrer.
Al salir, me mezclo con la gente y me siento como una figura más que decora el caminar de otros. Puedo y no quiero dejar estos sueños que imagino a cada paso. Son recuerdos que me hacen imaginarme tal cual soy. Me hacen creer que eres tú el que me observa, que caminas conmigo y sobre todo, que no soy la única que vive esta mañana.
Y es que cada uno tenemos un relato diferente de la vida. ¿Cúal es el tuyo?
Se nota mucho que sólo me queda una semana para largarme de vacaciones. ¡¡¡¡¡Estoy que no me lo creo !!!!!