De toda la vida nuestros padres nos han hablado de las cualidades de la leche y los lácteos en general. Tanto como para considerarlo un alimento imprescindible para nuestra salud. Sin embargo, los últimos estudios científicos y médicos nos dicen todo lo contrario. Los lácteos (leche, yogures, queso y derivados) son malísimos para la salud y están incluidos en la lista de alimentos que influyen en la aparición del cáncer.
¿Las razones? Muchísimas. En primer lugar, somos el único mamífero que ingiere leche de otro animal pasado el período de lactancia. Por eso dicen que nuestro organismo no está preparado para ello y por eso no lo asimila bien. Y no estamos hablando de la famosa intolerancia a la lactosa sino de una intolerancia que va más allá.
La leche en concreto la recomiendan mucho a mujeres maduras que presentan osteoporosis por su aportación en calcio. Pues bien, varios profesores de la Universidad de Harvard de Estados Unidos realizaron un estudio que fue publicado en el American Journal of Public Health en el que todo esto se desmentía por completo. El experimento fue realizado con 78.000 mujeres de entre 34 y 59 años y ninguna de ellas obtuvo ninguna mejoría. El doctor Jean Seignalei –hematólogo, inmunólogo, biólogo, catedrático de Medicina de Montpellier asegura que aunque “es cierto que la leche de vaca es rica en calcio, una vez en el tubo digestivo humano la inmensa mayoría del mismo es precipitado en formato de fosfato de calcio y expulsado a través de las heces”. ¿La solución para estas mujeres? “El calcio asimilable es aportado en cantidades grandes por legumbres secas, vegetales, hortalizas, verduras ó frutos frescos y secos, entre otros”, nos cuenta.
La profesora Jane Plant, jefa científica del British Geological Survey y autora del libro “Your live in your hands” sobrevivió a cinco tumores mamarios. La relación que ella encuentra entre el cáncer de mama y la leche es claro; “La leche contiene aproximadamente 59 tipos diferentes de hormonas –pituitarias, esteroideas, adrenales, sexuales, etc. El IGF-1 es especialmente activo en la pubertad y el embarazo. Pues bien, según sus investigaciones “niveles altos de esta hormona incrementan hasta tres veces el riesgo de padecer cáncer de mama o de próstata”.
“Después de viajar a China en varias ocasiones para investigar puedo detectar que sólo una de cada 10.000 mujeres muere de cáncer de mama en China mientras que sólo en el Reino Unido las cifras oficiales hablan de una de cada 12″. Entonces su marido, un reconocido científico y ella misma comenzaron a informarse sobre la alimentación de los orientales. Curiosamente las mujeres chinas son incapaces de tolerar la leche y por tanto, no la toman. Ellos nunca la utilizan y mucho menos para amamantar a sus bebés.
Según la revista Discovery Salud la leche es uno de los alimentos más cancerígenos que existen y su consumo se relaciona con multitud de enfermedades (anemia ferropénica, artritis, asma, autismo, cáncer de estómago de mama, de ovarios, de páncreas, de pulmón, etc.)
Sus argumentos en contra de la leche no tienen fin. ¿Cuántas veces nos han recomendado tomar un vasito de leche antes de dormir como remedio contra el insomnio? Sin embargo estudios realizados en la Universidad Free de Bruselas confirman la relación entre el consumo de leche y los trastornos del sueño en los niños.
Yo mismo llevo un mes con un tratamiento homeopático para la ansiedad prescrito por el prestigioso doctor Luis de la Serna de Madrid y lo primero que aparece en la lista de alimentos prohibidos son los lácteos y todos sus variantes. En mi caso llevo bebiendo leche toda mi vida en grandes cantidades porque me gusta pero es cierto que al cortar esta dinámica me siento muchísimo mejor. Quizás sea sólo la homeopatía pero es verdad que yo bebía mucha leche y comía mucho queso.
Hace un par de semanas estuve con una experta en macrobiótica y su opinión sobre los lácteos era la misma, son malísimos para la salud y provocan muchísimas enfermedades… ¿Que opináis?