¿Has tenido alguna vez un ataque de ansiedad o pánico?
De pronto un día sales a la calle con prisa, entras en una tienda y un calor enorme te sube por las piernas y te recorre todo el cuerpo. Sientes que te vas a desmayar, el corazón te va a mil y piensas que te va a dar un ataque porque además no puedes respirar. Vas al médico de cabecera, te hacen un electro, te toman la tensión y no ven nada. Lo que tienes se llama ansiedad . Cada vez estás peor porque tienes miedo a que el ataque te de en medio de la Gran Vía o por la noche cuando estás solo o sola en casa. Claro, nadie puede ayudarte.
Cuando te ocurre esto tienes tres opciones: ir al psiquiatra y que te mande medicación, acudir a un psicólogo conductual, ir al psicoanalista o hacer un tratamiento cognitivo.
La primera opción es la más cómoda pero ya estás atado a las pastillas un mínimo de 6 meses y además no te sientes seguro si no sales a la calle con ellas. Si optas por ir aun psicólogo te dice que la ansiedad es una curva que tiene que subir y bajar y que el problema es que nunca la dejamos bajar (huyendo de las situaciones, tomando pastillas etc…). Total, que el tratamiento consiste en aguantarte la ansiedad e incluso provocarla y comprobar que no pasa nada. De hecho el propio psicólogo te acompaña si quieres a provocar las situaciones para que la dichosa curva baje. Vale, empiezan a sudarte las manos y los pies, el corazón se pone a mil y estás así un buen rato, te mareas, tienes la sensación de que te vas a morir y cuando pasan dos horas estás mejor. Esto durante 8 meses. Y???? Vale, ya he comprobado que no me he muerto pero los ataques de pánico continúan y lo pasas tan mal que hasta tus padres te recomiendan que te tomes lo que sea.
Llamas al psicólogo y te dice “no te preocupes, tienes que pasar por muchos ataques hasta que lo sistematices”. Pasan 9 meses y sigues igual.
Te vas al psiquiatra y te receta un ansiolítico y un antidepresivo. Ahora llega la hora de leer los prospectos cuando llegas a casa. Contraindicaciones frecuentes: convulsiones, alucinaciones, taquicardia, síncope, desmayo, etc. Fenomenal, esto te tranquiliza mucho, porque si estás fatal y encima eres hipocondríaco viene de lujo. Alucinaciones? Voy a ver a mi madre como Wilma la de Los Picapiedra? La psiquiatra te dice “no te preocupes, no suele pasar”. Estupendo.
Después de esto te hablan del psicoanálisis porque te dicen “tienes que ir al origen del problema y tienes que descubrirlo por ti solo, ya verás como así se te quita de inmediato”. Muy bien, coges cita con la psicoanalista. Le cuentas una charla de una hora en la que ella solo abre la boca para decir “A si? Y no piensas que eso puede tener relación con esa situación? Y tu le preguntas ¿Entonces es por eso? Y ella te dice “Ya lo irás descubriendo, son 80 euros, nos vemos la semana que viene”. Bueno pues esto, no es que sea malo para la ansiedad, es que ya te quieres tirar desde el quinto piso porque te ralla mucho más y te pone en alerta ante más cosas. Con lo cual, muchísimo peor. Yo no digo que para otros casos sirva, pero desde luego en pleno ataque de ansiedad, es lo peor que puedes hacer.
Total, que han pasado ocho meses y sigues peor porque encima cada uno te dice una cosa distinta. Y lo mejor son las opiniones de los amigos “Mi tía fue a una homeópata, le mando cuatro pastillitas que se metía debajo de la lengua y se le quitó, es buenísima. Se llama Rosa, llámala”.
Todo esto hasta que un día mi padre por Internet descubrió el libro del prestigioso psicólogo Ricardo Ros “Stop a la ansiedad”. Yo todavía no he tenido tiempo de hacer los ejercicios pero la verdad es que es la opción menos agresiva y más lógica. Se trata de hacer unos ejercicios para paralizar la ansiedad. Por ejemplo el famoso anclaje. A mí este me encanta. Tienes que imaginarte una situación en la que te encuentres muy bien, la que sea, en la playa, en tu cumpleaños, un momento en el que tengas muy buena sensación. Cada vez que pienses en él tienes que pellizcarte la mano, presionarte los dedos o lo que tu quieras, esto según te indica el libro varias veces al día. Pues bien, si lo haces bien, cuando te empieza a dar el ataque de ansiedad te pellizcas la mano y te viene sola la imagen agradable a la cabeza por lo que la ansiedad se paraliza. Este es uno de los muchos ejercicios que trae este interesante libro que además viene con unos CDs en los que él mismo te va dirigiendo. Y encima, él te atiende por teléfono cuando quieras, coges cita y hablas con él por teléfono o le mandas un mail.
STOP A LA ANSIEDAD. Precio: 138 euros y se compra por Internet . Yo lo estoy haciendo y me está ayudando, cuando haga todos los ejercicios ya os contaré. Por lo menos no me empastillo y no me gasto una fortuna en psicólogos. Y además, te ayuda a entender por qué te da la ansiedad. Normalmente cuando tienes que adaptarte a situaciones nuevas en la vida. Yo recomiendo que se lo compren hasta los que no tienen ansiedad por si acaso, porque se pasa fatal.
RICARDO ROS. Tel: 902 024 110.
¿Hay alguién qué haya probado este método y nos pueda contar si le ha funcionado?