¡Nos hemos enterado que H&M y la compañía textil norteamericana Wal-Mart tiran la ropa que tienen en stock! Al parecer, una estadounidense iba paseando por las calles de Manhattan cuando en uno de los almacenes de la cadena sueca vio prendas en el suelo. Pero ahí no quedó la cosa, ¡estaban totalmente rajadas para que nadie les pudiese dar utilidad!
Magnus, que así se apellida la señora que encontró todo este desastre, tomó represalias y decidió enviar una carta a H&M. No obtuvo respuesta por lo que decidió informar al New York Times para que tomase cartas en el asunto. ¡Así se hace!
Efectivamente, al mes de que el rotativo estadounidense publicase la noticia, H&M prometió que dejaría de destruir ropa en su tienda ubicada en Manhattan. Aunque esté en inglés os dejo el link para que podáis ver cómo con empeño y destreza se pueden hacer bien las cosas, como nos ilustra Magnus.
Pero es que lo más sorprendente de todo esto es que no donen la ropa… Hay gente que se está muriendo de frío estos días y a las grandes empresas se les ocurre no sólo tirar ropa nueva, sino romperla para que nadie pueda llevar su marca gratis. ¿Qué queda de la solidaridad? ¿Ya no existe el civismo? Son preguntas que nos deberíamos hacer en estos momentos…
Para lavarse las manos, la portavoz de la cadena sueca, Nicole Christie, afirmó que no volvería a suceder y que se encargaría de donar para la caridad toda la ropa sin usar que no se venda en sus tiendas.
¡A ver si eso es verdad! Que parece que los que más tienen, más egoístas son… Como dijo una vez Montesquieu (que no le faltaba razón) ‘quien tiene poder, quiere más poder y quien tiene poder, abusa de él’.
Helena dice:
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